Abuso: Sobre la poética

Por Karina Caputo

Métodos correctos para aplastar una conjura poética

El Alto comando de la Represión interna dispone:

1° -modifíquese arbitrariamente el sentido de todas

las palabras que de un modo u otro podrían

2°-extirpese el lenguaje a todo aquel que

Archívese y dese a conocer.

Mario Trejo.

 

PELOTERA

Abusar de las palabras.

Abusar a la palabra.

Abusar con las palabras.

Esa mañana mediaba el té de cedrón y  Nina escuchaba  filosofar por Radio Nacional.  Su neurona comenzó a elevarse.

Ella le dijo: – ¡No me rompas las pelotas!

Minutos después, sobrevino una cara inquisidora, los ojos se incrustaron en el silencio, se peinó como Gardel y él quiso irse. Nina  no lo retuvo ni por un instante. Ese era su límite. El modo en que él solía intentar someterla, interrogar su locura con la mirada.

1. Maimuna Feroze-Nana Pakistan 2007 HURGAR EN LA MUGRE

Nina quedó en su territorio. Había, entonces, espacio para el goce. Para la escritura. Desafió a la pujante necesidad de controlarlo todo. La tinta zarpó ese mediodíasin destino. Sentada frente a la ventana de su cuarto, escribió:

“Sufrir a cuenta y agonizar por cuento. Fantasmas en el cuerpo son su materia.”

Las palabras se liberaban del corsé del lenguaje de intercambio. Las frases se retorcían, desperezaban,  daban vueltas, deformaban y transformaban sus significaciones.  Se repetían hasta el hartazgo. Se lanzaban al dictado con el placer de ahogarse en el sinsentido. Jugaban a las escondidas.

5        De pronto: piedra libre al silencio.

Agotada la tinta en el papel, encontró un libro que trepaba a la mesa estallada de colores. “La venganza del cordero atado”,  de Camilo Blajaquis. Su interés era la alquimia. El pibe se  apropiaba de la desmesura de ese nombre; también, del apellido. El poeta puede hacerlo. “Yo es otro”, decía  el Rimbaud de “La alquimia del verbo”. Herencia de alquimista, Camilo también es otro siendo quien es. Se oculta y se devela en el mismo acto.

3 Alquimista. jonathan Swift     Nina sigue  y lee. “Sobre la Muerte”/ ¡Morir! y así terminar con la intriga(…)/¡Letras! Máscara de mi herida, aliéntame esta tarde, que si no escribo soy piedra, y vuelvo a ser un expediente/(… )Un instante, un parpadeo, luz, tinieblas.” (1).  

Palabras poderosas abusan, deliberadamente,  del  código del encierro.  Ella decide correr el riesgo. No hay límite en el mundo de las sensaciones, a pesar de las miradas.

Siempre el atractor de los tormentos camina por historias desgarradoras, ve cada domingo las imágenes más verosímiles de cuerpos desbastados. Los olores putrefactos de la materia son su fiel acompañante.   

6 dos viejos comiendo. goyaUrdir en la mugre de palabras, de cuerpos, de mundos es el oficio de Nina. Allí busca su perla.  Se acerca   milímetros y el horizonte, como es de esperar, se corre kilómetros.

CÓMO ENTRARLE A LA PERLA

Lee poesía. Intensa.Cree que a la poesía no le importa la poesía.  Siempre va por más, esa es su exuberancia, su desmesura. No ambiciona, no quiere tener más sino ser más.  Levantar vuelo, como quien dice. Cuando eso pasa, se la acusa de delirio. En eso Nina y su aliada se parecen un poco. Entiende que nada debería autorizarla a vincularse con ella como lo necesite. La poesía no es, deviene. Y entonces  lucha por nuevos sentidos. Quiere actuar con coraje como aquellos Camilos que conoce. Insisten las voces y la convocan a la disciplina. Tantos años de disciplinarse al pedo por la mirada de los inquisidores. No transa. Sigue

2 Condor. Angela LeibeleEl trabajo sudor sacro. Se pone intolerante con el concepto. Revisa cada tarea que le recuerda el yugo. Mina aquellas imágenes que proyectan el deber ser. Piensa cuál es el rédito surgido del imperativo. ¿Qué paga con eso? ¿A quién? Se mira al espejo y está prostituida.

4 EL MURMULLO DE LA PERLA

Quizá, en la tarde, otros sentidos la inviten a  un paseo por sitios desconocidos. Se fascina con un nuevo existente: seguro él la espera en algún lugar de ese agotamiento.

Nina tiene por delante largos días de catarsis. Aparecen grietas y encuentra en ellas el murmullo de lo bello. Todos los días quiere decirlo de diferentes maneras. Hay instantes en donde se corporizan manos y la hacen avanzar hacia la promesa de una perla.

Sabe: la poesía es la refundación perpetua de la belleza. Entonces, trata de caminar en el desierto hasta el oasis.

Nina deja la lapicera sobre una pincelada amarilla, camina hacia la puerta, es hora de buscar a la niña que sale de la escuela.

 

 

 

 

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