Por Alicia Lapidus.

Los anormales: Sobre violencia económica

 

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Una mañana cualquiera y en sus respectivas casas, tres hombres se afeitan. Los tres trabajan en la misma corporación. Uno es el Gerente General, los otros están por debajo de él. Por supuesto, cada uno, en un nivel de riqueza acorde a su puesto. Bobby Walker vive el sueño americano: tiene un gran trabajo, una hermosa familia y un deslumbrante Porsche en el garaje, vacaciones en la playa y cenas en restaurantes de 600 dólares por persona. Así comienza “The Company man” (John Welles, 2010)

Un mozo termina de limpiar un salón en el que transcurrió un evento. Medianoche invernal. Un día más de trabajo. Sube a su moto y emprende el regreso a su hogar. (Il capitale umano. Paolo Virzì. Italia, Francia, 2013)

Mi error, como el de los protagonistas de ambas películas, fue creer en la continuidad del estado de nuestra vida. Di por hecho que mañana sería igual que hoy, que nada podría alterar nuestro mundo pequeño o grande.

Para ellos también, nada será igual.

el-capital-humano-2-e1428745736691Cuando la política de reducción de personal lo deja a Bobby Walker y a sus compañeros sin trabajo, los tres hombres se ven obligados a redefinir sus vidas como hombres, como maridos y como padres de familia. Una mañana, Bobby Walker participa en una partida de golf con algunos socios de negocios. Destila confianza en sí mismo, a la que acompaña con un Porsche y un hándicap bajo en golf. Walker es un veterano, con doce años de experiencia en GTX, un gran conglomerado industrial con más de 60.000 empleados. Momentos después de ganar la partida, pierde su trabajo como resultado de “decisiones corporativas”. Bobby está en el sector de transporte, el activo de menor rendimiento en la cartera de GTX.

¿Qué hacés cuando todas las cosas a las que te aferrás, las cosas que la gente siempre dijo que eran importantes, desaparecen de tu vida? ¿Qué hacés cuando perdés todos esos símbolos por los que trabajaste tan duro, emblemas de tu supuesto éxito? Estas preguntas impregnan la película e impregnan a nosotros y a nuestro tiempo. Wells escribió la historia después de la última recesión económica, a principios de los noventa. Está basada en las experiencias de sus amigos, familiares y conocidos de diversos orígenes socio-económicos. Y es un golpe profundo a lo que todos creemos natural, dado de una vez para siempre. Algo, como el bienestar que sentimos ganado con legítimo esfuerzo, cosa que es así, sin dudas. Sin embargo, jamás podríamos haberlo conseguido, fuera de una economía que nos permita desarrollarnos. Bobby es el ejemplo de la desolación del desempleo, del ajuste en las empresas, de la exclusión. .[1]

En “El Capital humano”, las cosas son vistas de manera distinta. La muerte del ciclista es solo una metáfora de una sociedad que mira hacia otro lado, cuando la tragedia sucede frente a sus ojos. Una crisis representa una oportunidad de El-capital-humano-06negocio inmejorable para alguien ya rico. Desde su ventaja, podrá esquilmar, no solo a los pobres consumados- de quienes no podrá sacar mucho-, sino también a las clases medias, cuyo empobrecimiento supone el mayor negocio del siglo. El atropello es solo un desencadenante, un pretexto argumental, lo importante es observar cómo reaccionan los distintos personajes frente a ese hecho. Lo que vemos es, al cabo, el retrato de una sociedad enferma que se enfrenta a la hipertrofia y, posiblemente, a la desaparición. [2]El dinero no da la felicidad, pero ayuda mucho. Por eso a más de uno lo pierde la ambición. Algo de eso hay en este fresco que retrata la sociedad contemporánea – italiana, pero podría ser cualquiera-, víctima del modelo sociopolítico capitalista, donde las grandes finanzas generan tanta inestabilidad como euforia; donde las utopías personales del bienestar sobredimensionado acaban con la tranquilidad de una vida adecuada a la realidad; donde el consumismo acentúa las diferencias de clase, donde la envidia y la codicia pueden convertirse en una condena. Y, por fin,  donde los condenados no son siempre los culpables y casi nunca, los responsables. Un coctel humano deshumanizado, con personajes para todos los gustos – que cada quien se identifique o contextualice con aquel que reconozca como semejante-. [3] El concepto “capital humano”, tal como se explica en los momentos finales de la película, procede del ámbito de la economía y se refiere al “valor económico potencial de la mayor capacidad productiva de un individuo, o del conjunto de la población activa de un país”. Son muchos los factores que ayudan a establecer ese capital humano: “unos, congénitos, como la fuerza física, la inteligencia, la habilidad, la tenacidad (…) y otros adquiridos con el esfuerzo personal o la influencia del medio ambiente: como la formación, la sanidad, la familia; está, en tercer lugar, la mejor o peor suerte que uno pueda tener en la vida, un factor que en ningún caso debe ser menospreciado”. Y es que, no en vano, esta película tiene un trasfondo económico fundamental, ya que buena parte de los personajes se mueven por pulsiones exclusivamente monetarias. En ese sentido, lo peor de una crisis como la que espera no son solo las consecuencias económicas, sino la bancarrota moral y ética a la que queda abocada toda una sociedad.

The company men

Es interesante observar que en ambas películas se juegan circunstancias que van desde lo individual a lo general. Las personas son vapuleadas, descolocadas por circunstancias a las que, en la mayoría de los casos, son ajenas. Esos, los seres inferiores de esta “escala humana” económica y social, son los que padecen sin comprender.

En otro orden están los personajes que podemos llamar “intermedios”. Son los que comprenden estos juegos, pero nadie los invita al partido. Se la rebuscan como clase media que cree tener poder de decisión, sin tenerla. Intentan, por las buenas y por las malas, con y sin escrúpulos alcanzar el escalón siguiente.

Finalmente, el escalón “superior” juega a su propio juego, apuesta a decisiones económicas que perjudican y matan a millones de personas sin dudarlo. Son los dueños, los que manejan nuestros sueños, nuestros anhelos y nuestras vidas.

[1] http://www.lahiguera.net/cinemania/pelicula/4304/comentario.php

[2] http://www.elespectadorimaginario.com/el-capital-humano/

[3] http://www.domesticatueconomia.es/el-capital-humano-el-dinero-no-da-la-felicidad/

 

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