CARTA DEL EMBAJADOR

Delta, Islas del Tigre, 29 de octubre de 2003

 

Sr. Embajador de la República de Cuba

Alejandro González Galeano

S/D

 

Estimado amigo:

 

Me animo a llamarte amigo porque Cuba es también mi tierra, mi segunda Patria. Llegué a Rancho Boyeros siendo casi un niño, tenía 14 años y comenzaba la intensa y rica década de los años 60, precisamente enero de 1962. Tengo actualmente 56 años y decidí rescatar, para la memoria de argentinos y cubanos,  una historia de argentinos – y entre ellos mi viejo y mi vieja, mis queridos padres, que se jugaron por la Revolución Cubana en aquellos difíciles años.

La historia quiso que el regreso a nuestro país en 1967, año de la muerte del Che en Bolivia, fuera el comienzo de una sucesión interminable de persecuciones, discriminaciones y atentados que fragmentaron nuestra familia y destruyeron la carrera de médico de mi papá y las nuestras, las que los 4 hijos habíamoscomenzado en Cuba, con gran sufrimiento para mi madre que tuvo que afrontar en soledad la convivencia con nosotros. Mi padre tuvo que irse 3000 km al sur, Río Gallegos, por no poder trabajar en Bs As. por una ley anticomunista del gobierno de Onganía que así lo establecía.

Papá era un médico (traumatólogo) muy reconocido nacional e internacionalmente. En 1961 fue convocado para ir a Cuba para una tarea humanitaria e internacionalista. Fue contratado por el Che en ese año con la finalidad no sólo de aplicar sus conocimientos, sino también de extenderlos, dado el éxodo de profesionales en los primeros años de la Revolución. Regresó a Bs. As., vendió todo , empaquetó algo, además de las dos perras. Papá, mamá y cuatro hijos de 15, 14, 13, y 10 años cruzamos a Montevideo,Uruguay, donde estaban aterrizados 2 Britania de Cubana, con  la doble misión de trasladar al Che a la Conferencia de Punta del Este y, además, traer en su regreso a Cuba a un grupo de argentinos (más de 100 tal vez) . Aquel pequeño contingente estaba compuesto por técnicos  y profesionales de todo tipo,  con mucha convicción – pero también con temores- por todo lo que implicaba esta decisión que hoy, visto a la distancia, se constituye  en un hecho histórico, que en el tiempo aún no se ha valorado en toda su dimensión. Creo que Cuba es hoy un Faro en muchos aspectos, por el acierto de decisiones políticas propias y por la ayuda de países y personas que simpatizaron con ella.

Quiero que conozcas, en medio de aquel vuelo recargado, lleno de miedos, intrigas e inconvenientes qué se cantaba a bordo de aquel viejo Britania. Decía así:

Después de una larga espera

al fin montamos en este avión

nos sentamos asustados como

perro en una procesión.

Pero pensamos: los yankees

estaban peor en Playa Girón

y hemos venido cantando

¡Viva La Revolución!

Cuba, somos argentinos,

Cuba, vamos a luchar.

Porque todos los pueblos

Sean uno solo

Y todos los pueblos, Cuba,

Juntos vencerán.

Tara ta tán

(Autores Anónimos en Vuelo)

Si bien tengo infinidad de anécdotaso, te adjunto algunas cosas fotocopiadas que te pueden aproximar a la personalidad de mi padre y de mi madre.

¿Por qué te escribo?

Mi mamá tiene 83 años. Sufrió mucho la decisión de mi papá. No por la decisión misma, que compartió plenamente, sino por las consecuencias del regreso, tanto por la persecución por haber estado en Cuba, como las económicas por lo mismo, situación de la que nunca nos recuperamos. Papá murió en 1984.

Te propongo un acto de reconocimiento, de reivindicación. Y voy al grano: ¿Podrás lograr que antes de que sea imposible, mamá pueda viajar a Cuba, que la inviten a incluir aquella gesta de argentinos que se jugaron por Cuba, quizá en el Museo de La Revolución? Sería un acto de justicia histórica. Tenemos muchos amigos en Cuba; te digo esto porque el alojamiento se resolvería en casa de una de ellas. Quedaría para Cuba el traslado de mamá y el homenaje -humilde pero trascendente- que ojalá fuese en ese museo de La Revolución.

Estoy seguro de tu sensibilidad; me gustaría tomar contacto contigo para darle a este pedido la calidez de la presencia personal.

 

Un cordial saludo,

 

Martín Nunziata

 

PD: Mamá tuvo el honor de ser la 1ª mujer extranjera (fue Secretaria General) en la Federación de Mujeres Cubanas. Consta esto en el Registro de Rancho Boyeros. También hizo muchas cosas allá, entre ellas,  enseñar a cocinar con los elementos escasos de que disponían o a  cultivar las propias hortalizas.

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