Viaje alrededor de un punto: Sobre “Incendian las estrellas”, de Andy Goddart

Por Pablo Arahuete

EL GALÉS EN LLAMAS

set fire to the stars 4

Una extraña ha venido
a compartir mi cuarto en esta casa que anda mal de la cabeza,
una muchacha loca como los pájaros,

traba la puerta de la noche con sus brazos, sus plumas.
Ceñida en la cama revuelta
alucina con nubes en esta casa a prueba de cielos,

hasta alucina con sus pasos este cuarto de pesadilla.
libre como los muertos
o cabalga los mares imaginarios del pabellón de hombres.

Ha llegado posesa
la que admite la alucinante luz a través del muro saltarín,
posesa por los cielos

ella duerme en el canal estrecho, hasta camina el polvo,
hasta desvaría a gusto
sobre las mesas del manicomio adelgazadas por mis lágrimas.

Y tomado por la luz de sus brazos, al fin, mi Dios, al fin
puedo yo de verdad
soportar la primera visión que incendia las estrellas.

                                                 Amor en el hospicio, Dylan Thomas.

 

  Palabras cazadas infraganti sobre el celuloide

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Dylan Thomas y su mujer Caitlin Macnamara

Huye Dylan Thomas, igual que sus versos despojados, en un viaje temerario. Su mística y su sombra intentan atrapar palabras sobre el celuloide; tratande hacerla carne en la imagen inmortal de Incendia las estrellas, título original Set Fire To TheStars (2014), una rara avis del cine británico del debutante Andy Goddard, donde el Frodo de Peter Jackson -a partir de la imaginación de J.R. Tolkien- el imperturbable Elijah Wood se pone en la piel del crítico literario John M. Brinning. Así,acompaña en una serie de recitales por los Estados Unidosal poeta galés en su último viaje, antes de encontrarse en la más absoluta pobreza -, cara a cara con la muerte. Eso fuea los prematuros 39 años, el 9 de noviembre de 1953, en el hospital St. Vincent’s de Nueva York.Tras haberlo encontrado inconsciente en el bar Caballo Blanco, luego de haber ingerido 18 vasos de whiskey y batir, de esa manera, sus propios records, tal como lo recuerdan quienes escucharon sus últimas palabras: “he bebido 18 vasos de whiskey, creo que es todo un record (hip)”.

 

Respecto a su muerte, también existe una versión fundamentada acerca del error médico: haber confundido un coma alcohólico con un coma diabético y administrarle una dosis de cortisona y morfina. Tal vez, el poema que encabeza este revoltijo de ideas y palabras alcance para comprender la tristeza y la opresión que marcaba una de las coordenadas del intenso itinerario de Dylan Thomas y su poética. Esos trazos de sentido, desparramados en la películay en fragmentos de sus más célebres textos, encuentran- en el blanco y negro de la imagen- un apartado particularmente sensible; aspecto estético de claroscuro para desnudar la luz y la oscuridad de su propia personalidad.El cine se hermana, así, con el lenguaje poético, sin necesidad de artificios ni colores.

BORRACHO, DESPROLIJO Y GENIAL

Viaje intenso: no necesariamente se corresponde con el derrotero geográfico, con las paradas obligadas en universidades norteamericanas- Yale o Harvard-, donde un grupo de académicos contempla, atónito, la prosa descarnada y potente de este desalineado, más próximo a un borracho que a un intelectual; de éste,capaz de conmover o de llevar al extremo los límites del buen gusto cuando, en una tertuSet-Fire-To-The-Stars-still-3lia highclass, inventa poemas con rimas asociadas a las vaginas y al semen. A velocidad frenética, para que toda la audiencia juzgue su acto, derrama su vómito trasgresor, producto de su inestabilidad emocional y su despojo de toda cortesía, ante un auditorio hipócrita. En palabras del propio Thomas en Ni hubo tiempo: “…como el fantasma sin corazón es el único ileso, así el ciego es quien ve mejor”.

Las mujeres, el alcohol y las historias de terror- también las de marineros en las costas galesas- que tanto seducían al maldito Dylan Marlais Thomas, muestran su vulnerabilidad ante el dolor de la pérdida o su propio karma, ahogado en versos, -igual que su primera novia e hija, muertas (¿en accidente?) en 1931, una herida para el escritor y periodista jamás cicatrizada- en noches de insomnio.

EL BRAVO GALÉS DE OJOS SALTONES

El film no transita, afortunadamente, por ningún rumbo de la biopic edulcorada, no lava las impurezas de un hombre imperfecto para acomodarlas al pedestal de los intocables; en cambio, trasciende sus propios horizontes, en términos narrativos, cuando todo recae en la convivencia, para nada amable, entre los literatosDylan y Brinning.Por supuesto, el galés de ojos saltones y voz tremebunda, mucho más interesante que su acompañante académico, quien no puede ocultar su mirada contemplativa y su descontento al ver al ídolo de las palabras tan abatido por la vida: esa dispersión de intensidades, no hechade palabras, precisamente, sino de silencios, angustias y frustraciones en perpetuo desencuentro.

EL VIAJE SILENCIOSO

Dylan actor real
Iquierda a derecha: Dylan Thomas y Celyn Jones interpretando a Dylan Thomas en “Set fire to the stars” (2014)

Un viaje silencioso, en la prosa desbocada y a la vez elegante, mueve las estructuras del formalismo, abraza al surrealismo y destroza los claustros donde los libros acumulan nombres ilustres, con frases muertas desde las ruinas. ¿Qué luz se desliza entre los claustros? ¿Quién la puede observar? Dylan Thomas la busca, pero no la ve;la persigue en cada segundolúcido y borracho de su periplo íntimo y brutal. Y lo que más teme es no encontrarla jamás. Quizás la respuesta, cuando es interpelado por su acompañante sobreel por qué y para quién escribe, sea esa brújula inaccesible para llegar a buen destino. Una frase acuñada por el propio poeta reza: “la poesía debe ser tan orgiástica y orgánica como la cópula, divisoria y unificadora, personal pero no privada, propagando al individuo en la masa y a la masa en el individuo”.

NO TE SALVAN NI LOS BOMBEROS

Un cambio en el ojo advierte a tiempo la ceguera hasta el hueso; y el útero incorpora una muerte mientras surge la vida”.  Un cambio en los climas del corazón, Dylan Thomas.

 

Vivir es viajar en puntos.También es morir:todos los días, la muy perra dibuja un tracito de nuestra final ausencia. En definitiva, el viaje renace las intensidades de la thomas tumbavida y de la muerte, por ejemplo, en el cine. En ese caso, evoca e inmortaliza a este poeta poco visitado por el séptimo arte.“Incendia las estrellas”, una películaque seguramente nunca encuentre cabida en el terreno comercial. Un fuego nada complaciente, inextinguible: Junto a la frase más contundente de unos de sus poemas más elogiados, completa el círculo o- como le gustaba al gales bohemio- el arco entre la vida y la muerte:

No entres dócilmente en esa buena noche,
la vejez debería arder y delirar al final del día
rabia, rabia contra la luz que muere”
.

No entres dócilmente en esa buena noche, Dylan Thomas

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