Por Noemi Pomi

LOS ANORMALES: sobre políticas liberales, neoliberales y sus consecuencias

NACIDOS PARA ASFIXIAR

Los organismos multilaterales de préstamos nacieron con la finalización de la segunda guerra mundial. Concebidos con el objetivo de ayudar a la reconstrucción de las ciudades devastadas, luego se las ingeniaron para aniquilar las economías de los países en vías de desarrollo. Bajo la tutela del FMI y BM, se controlaron las economías de las naciones deudoras. La medición del riesgo país era a piaccere de sus necesidades. Aparecieron así organismos internacionales de préstamos con bolsillos más y más gordos, frente a Estados arrodillados con refinanciaciones imposibles de pagar. El corset no daba paso al ingreso de aire fresco.

IMÁGEN IANTECEDENTES DE LA ASFIXIA

La deuda pública externa es el conjunto de pasivos (obligaciones de pago) que un Gobierno mantiene con acreedores no nacionales.

La deuda pública de mediano y largo plazo es contraída por los Estados mediante la emisión de títulos, con un valor nominal dado y condiciones de reembolso determinadas. La tasa de interés se fija por el diferimiento en la cesión del recurso (aplazar el pago acordado entre las partes a un momento posterior a aquel en el que se contrae la obligación) y el riesgo que asume el prestamista.
A nivel internacional se considera que los bonos emitidos por los Estados de países con alto nivel de desarrollo representan un riesgo de insolvencia casi nulo. Tal situación hace que la tasa de interés refleje solo el costo de diferimiento.

LA HISTORIA TODAVÍA NOS DUELE ¿DESACIERTOS?

En nuestro país las políticas liberales, aplicadas con persistencia, salvo pocas excepciones, han generado la inclinación de la balanza contra los que menos tienen.

Rememoremos: antes de entregar el poder a la democracia, (1983) se decidió estatizar la deuda privada de grandes empresas. ¿Cómo? Sencillita la maniobra, mediante el “seguro de cambio”. Consistía en asegurar la deuda al valor del dólar vigente al momento de contraer la obligación. Si, al vencer, el dólar cotizaba al doble, la empresa pagaba solo la mitad del valor vigente. El resto pasó a ser deuda de la sociedad argentina. Así, cerca de 14.000 millones de dólares hicieron que la deuda inicial se elevara a 40.000 millones.

Pero aclaramos un poco más el concepto de “seguro de cambio”, con un ejemplo: si una empresa debía 10.000 dólares a un valor de $10, por dólar y llegado el momento de pago la divisa cotizaba a $20, la  compañía pagaba 10.000 dólares a $ 10. La diferencia de cambio $ 10 por cada dólar adeudado la pagó el Estado. Quiere decir, cayó en la espalda de cada argentino. En algunos lugares del mundo a esto se lo llaman patriotismo…

IMÁGEN IILo más triste de esta maniobra es que gran parte de la deuda estatizada era “auto préstamos”. Es decir, mediante capitales fugados, las empresas se hacían préstamos con dinero que tenían ahorrado en bancos del exterior (en general, evasión mediante).

FALSO PULMOTOR: UN DÓLAR, UN PESO

En el año 1991, a la aplicación de políticas liberales- apertura irrestricta de la economía, donde todo lo regulaba el mercado – se sumó “la ficción” de la paridad cambiaria: un dólar equivalente a un peso. Era obvio, el peso argentino se encontraba sobrevaluado, es decir, el dólar era barato. Como consecuencia, todos los productos importados también lo eran. En tanto, los productos argentinos resultaban caros para los extranjeros. Además de las privatizaciones y la contracción del Estado, esta política monetaria fue una de las causas de la acelerada desindustrialización de la Argentina durante la década de 1990.

Tal círculo vicioso  generaba la necesidad de más y más créditos. Las comisiones abultaron la deuda exponencialmente y, como Argentina era considerada una economía periférica, se endeudó a tasas elevadas.

IMÁGEN IIIDESCONECTE EL RESPIRADOR

Y, bueno, se conoce de antemano que los Estados no quiebran. Ellos, de alguna manera, pagan. Los organismos multilaterales de préstamo no son benefactores, solo atienden el engorde de sus arcas. A nuestro país le impusieron la entrega de sus recursos naturales vía privatizaciones.  También soportamos la imposición de  políticas recesivas, con monitoreo mensual por parte del FMI.

¿Qué sucede cuando un Estado ha recibido financiamiento a una tasa que refleja expectativa de default? La eventual quita de deuda es un procedimiento atendible, aun tratándose de un deudor soberano. De lo contrario, se trataría de un negocio redondo: prestar a tasas que presuponen insolvencia y luego recuperar el total de los créditos.

Sin duda, las tasas de interés por mayor riesgo hicieron inviable el pago y trajeron la consecuente declaración de default  en el año 2001. Los pagos se suspendieron. La quita de la deuda, a la vez que inevitable, era justificada. Recién en el 2005 se concreta un canje de títulos, con una quita de los montos adeudados y una extensión de plazos de pago. El 76% de los acreedores aceptaron las condiciones ofrecidas. Con la reapertura del canje en 2010, se elevó la aceptación al 93%, el 7% restante- los llamados holdouts, entre ellos, los fondos buitre- no aceptaron esas condiciones.

El caso de reestructuración de la deuda argentina fue paradigmático. No existían normas ni leyes aplicables que permitieran generalizar los acuerdos obtenidos con el 93% de los acreedores.

IMAGEN IVHOMBRES ANORMALES

“Los acreedores extranjeros privados y otros tenedores privados de títulos de crédito argentino deberán reconocer que para la solución final de sus problemas tendrán que aceptar compartir, en alguna medida, las enormes pérdidas que viene sufriendo la economía argentina en la crisis actual. Los inversores extranjeros privados en la Argentina aceptaron tal cosa, al realizar sus inversiones y, generalmente, se les prometió la tasa de retorno que reflejaban esos riesgos. Como ocurre con todos los inversores que toman riesgos, sea donde fuere, cuando las cosas salen particularmente mal, esos asumen sus pérdidas”. ”De no haber casos como el de la Argentina, los inversores privados podrían concluir que virtualmente no hay riesgos al invertir en bonos soberanos de los países emergentes

Michael Mussa, año 2002 ex funcionario del Fondo Monetario Internacional.

HASTA EL ÚLTIMO ALIENTO: BUITRES AL ACECHO

Cual buitre que sobrevuela su presa, está el 7% de los acreedores, que no ingresó al canje de deuda soberana. Entre otros, el fondo Elliott Management que, justicia de los EEUU mediante, aspira a cobrar el total de sus acreencias, a pesar de que algunos de ellos compraron deuda argentina en default. Sabido es que los Estados honran sus compromisos. Lo que no deben es dejarse estafar.

IMAGEN V¡Y AHORA QUIÉN PODRÁ DEFENDERNOS!

El esquema actual para resolver las crisis de deuda soberanas no funciona. Sin normas ni leyes, las soluciones que se promueven no son eficientes ni justas, sino que implican el uso y abuso de poder del más fuerte. El ineficiente e injusto esquema vigente permite la aparición de fondos buitre, que son la escoria de los mercados financieros internacionales. Los fondos buitre no suman nada a la sociedad global, solo restan”. Así habló Joseph Stigliz

Una vez reestructurada su deuda, la Argentina- en cada organismo internacional en que le tocó actuar- puso sobre el tapete la ausencia de normas que permitieran blindar los acuerdos alcanzados y, a su vez, anclaran los reclamos de quienes no aceptaron el canje. La “escoria financiera” no puede generar caos económico a un país que cumple lo pactado con el 93% de los acreedores.

JADEOS: UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA

“Los nueve principios aprobados por la Asamblea General de la ONU son un paso importante en un largo proceso de construcción de normas, que debería culminar con la creación de un marco legal internacional para resolver las reestructuraciones de deuda soberana. La aprobación de los principios básicos para las reestructuraciones de deuda en la ONU fue una gran victoria. Todos los países emergentes apoyaron. La ausencia de un marco legal para resolver las reestructuraciones de deuda impone enormes riesgos”.

Joseph Stigliz, otra vez. Los fondos buitre no aceptaron la quita y los plazos de pago propuestos por Argentina y decidieron litigar. Y, como los tribunales fijados en caso de litigio fueron los estadounidenses, actuaron. Oh, casualidad, el juez interviniente- Thomas Griesa- ha tenido una interpretación peculiar de la cláusula Pari passu.

La cláusula Pari passu significa que los acreedores tienen un pie de igualdad. No se puede establecer entre ellos garantías especiales. Pari passu es una frase en latín que, literalmente, significa “con igual paso”. A veces es traducido como “en igualdad de condiciones”, “al mismo nivel”, “con igual fuerza”.

¿ASMA O AHOGO INTENCIONAL?

          Para el juez Griesa, un tratamiento igualitario significa que los fondos buitre obtengan una rentabilidad superior al 1500 por ciento, mientras que los otros acreedores aceptaron quitas del orden del 70 por ciento. Eso no parece ser muy igualitario. Menos aun cuando tenemos en cuenta que los fondos buitre, a diferencia de los otros acreedores, jamás le prestaron un dólar al país, sino que compraron esos bonos a precio de remate a otros acreedores. Y aquello, cuando el país ya había declarado el default. Decir que eso es tratamiento igualitario es, cuanto menos, ridículo.

Llama la atención en el fallo el olvido de la legislación de Nueva York, en el ámbito comercial: basta que el 70% de acreedores de una quiebra acepten un acuerdo de pago para que este sea obligatorio para el 30% restante. Sin embargo, al Juez Griesa el 93% no le pareció suficiente. Según su sentencia un único acreedor puede dar por tierra una reestructuración de deudas soberanas.

Las crisis de deuda parecen difíciles de resolver en tiempo y forma, pues la arquitectura financiera internacional está llena de huecos que impiden su solución. Parece evidente que este problema requiere una solución a nivel global”. Una vez más, Stigliz.

La Asociación Internacional de Mercado de Capitales, (léase la comunidad financiera) reaccionó rápidamente ante el fallo. Aclaró: esa no es la interpretación que se le debería dar a la cláusula en cualquier contrato de endeudamiento en el futuro.

Contra las “ideas” de Griesa la existencia de mercados de deuda internacionales sanos beneficiarían a todos los países. Nuestro país continuó, apelación tras apelación, en el intento por obtener eco en la justicia americana. Resulta evidente que, más allá de haber jugado un rol importante en el proceso de los principios aprobados por la ONU, deberá- eventualmente y con paciencia- buscar una solución al problema con los fondos buitre, que sea conveniente para el país.

IMAGEN VIRESPIRAR HONDO

La pregunta del millón: ¿cómo logró Argentina pagar su deuda y crecer, en forma simultánea? Argentina aplicó los principios basados en la oferta y el consumo enunciados en la “Teoría general sobre el empleo, el interés y el dinero” de John Maynard Keynes (1883 1946). Él sostenía la necesidad de:

  • Impulsar inversiones estatales en obras públicas.
  • Poner en circulación abundante dinero.
  • Incrementar los salarios, ya que el empleo no dependía de los salarios sino del consumo y la inversión. Una disminución de los sueldos de los trabajadores provocaría un retraimiento que deprimiría el consumo y, en consecuencia, la producción.
  • Fuerte presencia del Estado en todos los sectores económicos, regular precios, salarios, mercado laboral, subvenciones a las empresas.

Estas medidas, tan a contra mano de los economistas ortodoxos, fueron las mismas que permitieron a los Estados salir de la depresión de los años 1929/1930.

“Argentina tiene mucho que enseñarle al resto del mundo en materia de resolución de crisis macroeconómicas y reestructuración de deudas soberanas. Es uno de los pocos países exitosos a la hora de reducir la desigualdad y la pobreza después de su crisis”. Joseph Stigliz.

 

 

 

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