Por Noemí B. Pomi

La Celebración: Sobre el éxodo jujeño.

DE TIEMPOS Y CONTRATIEMPOS

Integramos esta América, con nombre de conquistadores. Los supuestos cuentan que, 30.000 años antes de esas violencias, comenzaron a pisar estas tierras hombres llegados desde Asia y desde Oceanía.

Luego de los atropellos desde 1492, sonó la hora de la rebelión contra el yugo de la corona. Y tanto va el cántaro a la fuente que, el 25 de mayo de 1810, el grito revolucionario estalló en el Río de la Plata. Todo el continente americano sacudió su rémora colonial, favorecido por la prisión europea de Fernando VII y alentado por los sueños patriotas. Las condiciones de posibilidad estaban y quienes se atrevieron a aprovecharlas, también.

No fue fácil: los revolucionarios, una vez más, se enfrentaban con cipayos internos y con amantes de los beneficios y protecciones que les brindaban sus negociados, al amparo de la corona. Por eso, llegaron las  batallas de Tucumán y Salta. La primera, precedida por un acontecimiento sin igual en la historia latinoamericana: capacidad de desasimiento, prioridades con la frente alta, un colectivo pobre y potente caminó sin vacilar el éxodo jujeño. Los manuales cuentan que se trata del primer movimiento de masas de la historia argentina.

Revisar el  estado de la situación  nos ayudará a comprender.

EMPEZAMOS A PUDRIRLA

El primer gobierno patrio enfrentó muchas dificultades. Quizás, en su composición, ya punzaba una hendidura, cuya profundidad fue acentuándose con el devenir de las guerras civiles. Aquel primer gobierno se presentó con la forma de una Junta  integrada por nueve hombres de distinta tendencia intelectual y concepción política. Manuel Belgrano era uno de los vocales. Ya desde el comienzo, estuvo a la cabeza de quienes se agruparon  para evitar el ahogo. Era necesario defender la integridad del territorio. La relación de Belgrano con la Junta era tirante. Morenistas y saavedristas batían lanzas desde mucho antes. Los primeros, dispuestos a dar pelea por una independencia total de la metrópoli. Y los segundos, bien dispuestos a compartir el gobierno con los españoles, si eso les garantizaba buenos negocios y continuidad en el poder.

       A poco de andar, la Junta de Gobierno dispuso la formación de un Ejército. Nació así El Ejército del Norte de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Esta fuerza expedicionaria, primera en la naciente revolución, sufrió una terrible derrota a manos de los españoles, en la batalla de Huaqui, el 20 de junio de 1811. La grieta comenzó a dejar marcas. Errores, excesos, inexperiencia y, sin lugar a dudas, la soberbia propia de porteños inseguros  trazaron las primeras rajaduras.

            En este contexto, la Junta nombró a Belgrano, General, y luego jefe del Ejército del Perú. ¿Esta decisión del 27 de febrero de 1812 era un simple acto de fe en los talentos de Don Manuel? Una lectura no muy profunda indica todo lo contrario. Más bien parece que, subestimándolo, lo mandaron al muere. Bueno. Y  allá fue Belgrano a establecerse en la desembocadura de la Quebrada de Humahuaca, deseada por los realistas para intentar sus ataques desde el norte. ¿Sabrían los españoles de la valentía, del conocimiento del terreno y de la fuerza de los “Infernales” (*)? Sí, el General Belgrano contó con  la Partida de Observación  del teniente Martín Miguel de Güemes y con unos 300 milicianos de  los Patricios de Salta. Los patriotas llegaron desde Huaqui (actual Bolivia), en una serie de marchas y luego de varios meses, a buscar refugio en Jujuy.

IMÁGEN ILA TEORÍA DEL BOOMERANG

El panorama que encontró Belgrano fue desolador: unos 1500 soldados, derrotados, harapientos, desarmados y muertos de hambre; de ellos, casi 500 estaban heridos o enfermos y sus armas, reducidas y con pocas balas. Enterado Belgrano del avance del  ejército realista, reclamó al gobierno de Buenos Aires refuerzos para la resistencia, pero…

“(…) me  es muy doloroso que, cuando nuestros hermanos de Perú están sacrificándose, esperanzados en nosotros, y con solo la súplica que entretengamos al enemigo con nuestra presencia, dejándoles a ellos su destrucción, no pueda acceder a ella por una falta (…) me hierve la sangre al observar tanto obstáculo, tantas dificultades, que se vencerían rápidamente si hubiese un poco de interés por la Patria”(**)

El Triunvirato, más preocupado por su propia subsistencia que por la de las Provincias, a través de su ministro, Bernardino Rivadavia, ordenó la retirada de las fuerzas del norte hasta la ciudad de Córdoba. Está claro que el Triunvirato defendía más intereses que ideas. En aquellos neblinosos primeros momentos de un intento de patria, con dolor en el alma- porque si hubo Rivadavias, también hubo Belgranos- uno podría haber extremado los esfuerzos y pensar: en semejante caldo, con “todo lo nuevo”, todavía se soportaba esa tendencia al sometimiento a la metrópoli: esa cabeza de pulpo, que se ocupaba de hacerle creer a las colonias que toda liberación, a medias y con ella, sería viable. Pero toda liberación contra ella caería como un boomernag sobre los “supuestos liberados”.

OBISPO ENTONGADO CON EL ENEMIGO, GO HOME

Del Pino  IMÁGEN II  La tarea encomendada a Belgrano no fue sencilla. Fervor patriótico y decisiones firmes pudieron ordenar la soldadesca. Para paliar el hambre,  el General distribuyó terrenos: cada regimiento debía cultivar  hortalizas y legumbres, para alimento y venta del excedente. Los beneficios iban derecho a las tropas. Sí que tenía agallas este abogado devenido militar. Dispuesto como estaba,  hasta expulsó al obispo de Salta, Nicolás Videla del Pino. Por conspirar contra la Patria, le ordenó salir de esa capital, en un plazo de 24 horas.

 

LA TENÍA CLARA, RE- CLARA

Manuel Belgrano era abogado, carecía de formación militar, pero había leído sobre táctica y estrategia. Sabía que los españoles se acercaban y, como su ejército no estaba aún preparado para el enfrentamiento, el 29 de julio de 1812, ordenó- como sutil estrategia- una retirada general. Tropas y pueblo jujeño debían retroceder hacia Tucumán.

“Don Manuel Belgrano, general en jefe…  Pueblos de la Provincia: Desde que puse el pie en vuestro suelo para hacerme cargo de vuestra defensa, en que se halla interesado el Excelentísimo Gobierno de las Provincias Unidas de la República del Río de la Plata, os he hablado con verdad. Siguiendo con ella os manifiesto que las armas de Abascal al mando de Goyeneche se acercan a Suipacha; y lo peor es que son llamados por los desnaturalizados que viven entre vosotros y que no pierden arbitrios para que nuestros sagrados derechos de libertad, propiedad y seguridad sean ultrajados y volváis a la esclavitud”………. 29 de julio de 1812.(***)

        Más claro, echále agua. La medida era drástica, había que dejar tierra arrasada. Y allá fue el pueblo, dispuesto a seguir a Belgrano. Empezaron por arriar los animales y trasladar en carretas alimentos y personas. Todo aquello que no se pudiera trasladar debía ser quemado. Entonces, el tizne cubrió la  paleta con colores de los cerros.

IMAGEN III

¿Dónde estuvo la oposición a la estrategia del general? ¿En los más humildes? Noooo, como siempre, en los que más tenían. No obstante obedecieron, pues la alternativa era marchar o ser pasados por las armas. Los más humildes poco tenían para equipaje. La tierra era lo más querido y la dejaron para recuperarla más tarde. Encabezaron la marcha. El éxodo jujeño es la primera pueblada de nuestro país. En eso, los manuales no mienten: “el pueblo se sumó entonces a las fuerzas patriotas y acompañó la marcha hacia el sur, un poco de manera voluntaria y otro poco forzado. Sobre todo las clases dominantes, los comerciantes que comerciaban con las zonas mineras del Alto Perú, que se veían perjudicados por la guerra y no tenían intención de sumarse, para ellos el éxodo fue mano militar”   (****).

CRISOL DE REBELDÍA

El éxodo comenzó la noche del 22 de agosto de 1812 y finalizó al día siguiente. El propio Belgrano cerró la marcha. A su paso, comprobó que esa tierra había sido asolada, tal cual lo ordenado. Como si hubiese sido un alquimista autóctono y hubiera sabido que el fuego trasmuta la materia en distintas fIMÁGEN IVases. El nigredo alquímico es una etapa donde los elementos en el crisol parecen estar carbonizados. Pero si uno sigue con el fuego bajo el crisol, de lo oscuro- de lo arrasado- vuelven a salir vapores de color. Esa era la esperanza del desobediente Belgrano, por eso no bajó a Córdoba. Devastar, llevar al nigredo, atraer al enemigo y después volver con los colores celeste y blanco.

VIVAN LOS IMPÍOS

Y llegó el enemigo: venía de padecer hambre y sed. Después de atravesar la Puna, esperaba aprovisionarse en Jujuy. Allí, encontraron una ciudad desierta y desmantelada. El aspecto tristísimo de aquellos hogares desamparados y de aquellas calles mudas y  grises hicieron que  el brigadier Pío Tristán – al mando de la vanguardia realista – le escribiera  al comandante en jefe. José Manuel de Goyeneche : “Belgrano es imperdonable por el bando del 29 de julio”.Bando impío”, lo calificaba.

El efecto del éxodo fue demoledor en las fuerzas realistas, porque no tenían dónde abastecerse. No obstante, Belgrano bien sabía que con eso no bastaba para el triunfo. Era cuestión de tiempo y  el enemigo vendría sediento de venganza, dispuesto a recuperar el terreno perdido.

            Y así fue nomás, entre el 24 y 25 de setiembre de 1812, los dos ejércitos se encontraron en las inmediaciones de  la ciudad de Tucumán. Combate feroz, dispersión de fuerzas, reagrupamientos. Todo era confusión en el Campo de las Carreras. A favor de las fuerzas nacionales actuó la valentía de sus hombres –  en defensa de tierra y autonomía – y la estrategia desplegada. La causa era noble,  tanto que hasta se aliaron la lluvia, el vMANGA DE LANGOSTAS EN LA BATALLA DE TUCUMAN IMAGEN Viento y el aterrizaje de una manga de langostas.

            “La confusión de la batalla fue tal que, al finalizar, Belgrano no sabía si había ganado o perdido”.  José María Paz (****) le informó al General  la retirada del enemigo. Al final, la celeste y blanca recién bendecida flameó triunfal.

DE TIEMPOS Y DESTIEMPOS

En el siglo XIX se pensaba que los pueblos y las culturas pasaban inevitablemente por las fases de salvajismo, barbarie y civilización. El transcurso del tiempo nos ha deparado sorpresas. Luego de alcanzar la civilización, ¿se puede volver retroceder? Sin lugar a dudas, ya que tomar medidas que perjudiquen al grueso de la población es un retroceso hacia una fase que aquel esquema no incluía en sus teorías: la fase de los depredadores.

Y así anda nuestra América, en coincidencias penosas. A gobiernos progresistas que insuflan aire a los asfixiados, les siguen oleadas  que privan de oxígeno a la base de la pirámide económica. Coincidimos en los 70, década marcada por sangrientos golpes militares que azolaron la región e implementaron políticas neoliberales: cuándo no, otra constricción de aquellas al bienestar de la población. Más destiempos en los 90, nuevos estragos en la calidad de vida de los vulnerables, impuesto por un neo-apriete descomunal.

Ahí nos encontramos con que ya no podemos imaginar cómo hubiera sido nuestro tiempo, sin los destiempos que ocurrieron y modificaron irremediablemente nuestras vidas.

OTRA VUELTA DE TUERCA Y VAN…

Ahora vemos a buena parte de los países de Europa aplicar políticas económicas durísimas. Arrasar con la política de bienestar económico parece ser la consigna. El efecto boomerang se extiende a nuestro continente.

En América Latina el neoliberalismo se presenta como un movimiento envolvente de  lo político, lo  judicial y un fuerte respaldo de los medios de comunicación. En su conjunción -hasta ahora- ha logrado éxitos. Cambio de la matriz productiva, transferir ingresos de los sectores menos pudientes  a compañías agroexportadoras, a bancos, a empresas de alimentos, a compañías mineras y a grupos industriales. Las aperturas en importaciones y en exportaciones marcan una desaceleración económica, menor recaudación y,  para cubrir gastos,  nuevos créditos. Y sí,  recomienza el tiempo del endeudamiento. Si no se refleja en inversiones productivas, comenzarán los tiempos de antiquísima fuga de divisas.

¿Estaremos condenados a creer otra vez que si sobrellevamos tarifazos, inflación, despidos luego sobrevendrán tiempos de bienestar? Es decir, en una arcaica vuelta al fanatismo religioso, ¿estamos dispuestos a despreciar la vida de ahora por un supuesto y fabuloso más allá? ¿Cómo se convence a una enorme población de que ganar poco es el lugar que les toca a algunos y ganar mucho siempre es el estrato fijo que les toca a otros? Poder salir de vacaciones o no hacerlo, ¿beneficia de verdad la soberbia del que sale?, ¿ tan débil es su impronta que sol se afirma en comparaciones con aquellos que pisa Y, en el mientras tanto,  ¿qué?

LA ANTICELEBRACIÓN

El hombre parece ser el único ser de la naturaleza dispuesto a tropezar dos veces con la misma piedra. Y si no, pruebas al canto, hasta ayer nomás era impensable pensar en pagar a los buitres en las condiciones por ellos requeridas. Pues, bueno, se les ha pagado – vía endeudamiento – más de lo solicitado.

¿Cómo llegamos a esta situación? ¿Acaso no nos humillaron los controles del FMI? ¿O no sabemos que las deudas dan origen a especulaciones financieras que las hacen impagables? ¿Cómo los representantes del pueblo accedieron  a ponernos de rodillas, una vez más, frente al poder financiero internacional?

¿Era indispensable pagarle a los buitres? Sí, pero en condiciones de igualdad  con los demás acreedores. Además, la puerta quedó abierta a la posibilidad de que quienes confiaron en la propuesta y aceptaron los canjes de deuda 2005 y 2010 accionen contra nuestro país. De ocurrir ese reclamo, la deuda externa se convertiría en un monto impagable. Nada les importó, los políticos que capitularon celebran su miserable botín. Quizás, alguno haya recibido alguna dádiva. El tiempo actual es tanto nuestro como de ellos, pero ellos pero hipotecan todo tiempo posible.  Sí, Rivadavias impulsores de la grieta hubo en todas las épocas. Sin embargo, ¿cuántos Belgranos nos faltan para cerrar la cicatriz?  Quienes manejan las finanzas mundiales saben perfectamente que, al final, no podrán cobrar sus acreencias. Acontecerá, como en el pasado – refinanciación tras refinanciación – hasta caer nuevamente en el default.

En el mientras tanto, el gobierno argentino, tras el pago, fue elogiado por los organismos internacionales. Recibió la visita del Obama, cuyo juez municipal, en contra de lo establecido por las Naciones Unidas, no atendió los reclamos del gobierno argentino (pagar en igualdad de condiciones con los otros acreedores).

No podemos celebrar esos elogios. Volvemos a necesitar de un alquimista que insista con el fuego debajo del crisol, hasta que resurjan los colores capaces de ahuyentar las sombras sobre nuestra patria.

(*) Regimiento de Infernales del teniente Martín Miguel de Güemes.
(**) Carta del General Manuel Belgrano al Triunvirato (febrero de 1812).(***) Bando del General Manuel Belgrano al pueblo de Jujuy (julio 29 de 1812).
(****) Pacho O”Donnell.

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4 Comentarios

  1. Bueno Noe un text mas que compartimos para leer y releer, con tu sello de datos históricos, muchos de ellos que se nos pasan por alto y es bueno recordarlos en la literatura Argentina.Tener presentes estos momentos tumultuosos es saber de historia y no caer en la vulgaridad de decir en un acto historico y en nombre de los argenrinos que estos patriotas sintieron angustia. Nuestra historia es rica en momentos de idas y vuelas, muchos proyectos para un país, una confederación, una republica federal o una monarquia. Ellos , los patriotas jamas podrian haber enfrentado sin el pueblo tales adversidades como la del gran ejercito español con angustia. Gracias Noe por traernos al 2016 este pedazo de historia patria.

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