La orfandad: Entrevista a Mario Sebastiani

Entrevista: Lourdes Landiera, Noemí Pomi, Alicia Lapidus, Gabriela Stoppelman
Edición: Gabriela Stoppelman

 

“La bondad tendrá un precio ese día, / el cuello costará la maldad, /y mérito y ganancia, en ese día, /se cambiarán el pan y la sal. /En ese día de San Jamás/
se cambiarán el pan y la sal”
Bertold Brecht, “Canción de San Jamás

Yo no nací. Siempre anduve entre dejar de ser y  ofrecerme como otra. Aun inquieta y escurridiza, nunca paso desapercibida. De veneración a desprecio, me probé en todos los trajes. Al principio fui casi nada, con ganas de convertirme en todo. Eso sucedió mucho antes de mi bautismo, antes de que a alguno se le ocurriera llamarme “naturaleza”. Eso sí: a mi bautismo falté. Lo mismo hice el día de mi boda, lo mismo en todos mis cumpleaños. Y ni sueñen contar conmigo para el momento de mi velorio. Nunca. Mi condición mutante es incapaz de celebrar la sofocación de un solo nombre, de un solo amor, de una sola existencia. Si es cierto que soy en todos ustedes, cuando las cosas pasen de castaño oscuro, no habrá nadie a salvo para organizar los funerales. Pero, ya, al punto: es mi vida y no mi muerte lo que intento escribir, aunque las mellicitas se entremezclan sin pedir permiso. De chiquita era muy traviesa. A veces me desperezaba o me estiraba, sólo para probar el alcance de mi sustancia. En esos juegos encendí terremotos, chapoteé diluvios y hasta avancé un poco en cuestiones de medicina, de tanto intentar cicatrizar fisuras. Ya estaba más grandecita, cuando  entendí que las grietas eran irremediables paridoras de abismos; que, encendido el trascurso de los volcanes, la lava escribía largamente y sin eufemismos, firme en su propósito de no acumular rencores.

Un día me partí en furias. Esto fue mucho antes de que me dieran ese nombre. Y no resultó nada natural verme toda fragmentada sobre la impunidad acuosa del espejo. ¿Dónde podía reconocer a quien yo había sido, dentro de esa disgregada que me miraba? Ríos de destiempos y desamores para comprender, entre moretón y rasguños, que lo único común en todas mis mutaciones era jamás permanecer idéntica a mí. Igual, las cosas no son sencillas. Atravieso todo y todo me atraviesa. Hay contornos que me van mejor y otros, donde apenas me hallo. Por ejemplo, entre los hombres.  Algunos, verdaderamente pasados de rosca,  depositan en mí las sabidurías que  anhelan y los dioses que les faltan. Otros no vacilan en confundir la perspectiva de cambiarme con la de deformarme. Así y

todo me dejo hacer. Pero distingo perfectamente entre ablaciones e intervenciones, entre rasgaduras y desgarros.  Y, al final, me gusta que me

Gustav Klimt.
Gustav Klimt.

desafíen y me re interpreten. Solo me es ajena la solemne santidad con que tantos pretenden momificarme, o la insidiosa mezquindad con que muchos aspiran a vaciarme.

Igual, ya estoy grande para dar explicaciones. Sólo quería recordarles que no me llamo, que no nací. Que soy la contra de la ultra. Y la ultra de la vacuidad. Cualquier otra inquietud, pregúntenle a Mario Sebastiani. Él me conoce muy bien.

 


LO SCENARIO DEL VITTORIO SEBASTIANI

                                   “Yo, el hombre que afirma que es el hoy un sueño, soy menos que una cosa de hoy. Cuanto más lejos vaya el pensamiento, más cargados de verdad nos parecerán aquellos versos de Shakespeare: Somos la misma materia de que están hechos los sueños, y nuestra pobre vida en sueño acabará”
“Máscaras y paradojas”, Fernando Pessoa.
 

Vengo de una familia italiana. Mi primer idioma, el que hablábamos en casa hasta que se fueron mi papá, mi mamá y mi hermano, era italiano. Mi papá era un hombre muy culto. Mi ícono, por entonces, no era ningún actor argentino, si no Vittorio Gassman. Yo tenía los discos y los repetía, los aprendía de memoria, recitaba con él en el living de mi casa en un Grundig. Mi papá me decía, ¿por qué no te vas a la Academia de Artes escénicas de Roma? Las puertas estaban todas abiertas.

Pero…

No sé, si me preguntás cuál es la vocación, entre la medicina y el teatro, es el teatro.

¿Volviste a eso?

Hice algunas cosas vocacionales en teatro, aunque me ganó la medicina. Dentro de mi carrera, la parte que más me gusta es la académica.  No la docencia de pregrado: no me gustan  los alumnos de pregrado, en los que veo la misma cara que tenía yo en esos tiempos, cuando no me importaba un carajo la materia y sólo quería pasar de año. Me gusta dar clase a los colegas, me gusta el postgrado. Además, obstetricia es una especialidad para sufrirla, te saca fuera de todo juego intelectual, es una especialidad físicamente absorbente.

¿Y cómo llegaste a la obstetricia?

No me preguntes por qué, pero mi fantasía cuando era estudiante de medicina fue trabajar con las mujeres: la ginecología. Una especialidad muy interesante, porque reúne lo quirúrgico con lo hormonal  con los psi y los social. Una de las cosas más lindas de hoy en las instituciones de salud es trabajar con las mujeres. En los hospitales trabajan ahora muchas mujeres médicas. Es un placer. No tienen cargos directivos todavía, pero vos llegás al hospital a las siete y media y tenés una mesa con doce residentes: diez mujeres y dos varones. Hoy, un Boca-River de un domingo pasa desapercibido. Cuando yo empecé, eras un gastador o un gastado por ese Boca-River. ¿Por qué obstetricia? Mirá, yo fui al Hospital de San Miguel como practicante, hice un parto y me gustó. Y me dije: me gustaría hacer esto. Aun con lo difícil que ha sido y es porque nunca hemos tenido horarios, hemos hecho partos todos los días del año, y hemos estado en las salas de parto y en los quirófanos en  los cumpleaños y las fiestas. Y la tensión que se vive en cada nacimiento. Me he adaptado. Hoy a las tres de la mañana hice un parto. Ayer, tres. Pero, en cuanto a los comienzos, yo empecé a ayudar a operar y, en las intervenciones largas, me dolía la espalda. Esto no es para mí, me dije. Clínica médica era muy difícil, hay que estudiar mucho y yo no era un devorador de libros. Así que la obstetricia me pareció relativamente sencilla. Después, ya en practicantado, apareció la cesárea y eso sí fue fascinante. Hacés tac-tac-tac y sale el chico. Desde entonces soy como un burro con anteojeras, no sé otra cosa que no sea esto: partos y cesáreas.

Gustav Klimt.
Gustav Klimt.

¿Qué cambió para que hoy haya mayoría de mujeres médicas en el hospital?

No soy sociólogo ni entendido en esto, pero se dice que todo lo que se pauperiza termina en las manos de ustedes, las mujeres: fuerzas armadas, seguridad, medicina, tradicionalmente, la enfermera… No sé cuál es el motivo por el cual irrumpieron las mujeres ni sé dónde están los hombres con alguna vocación. O están vendiendo droga o los tiene erotizados Messi o Ginóbili o están en el gobierno o todos estudian economía. De cualquier manera,  ya hay muchas mujeres en los gobiernos.

 

LA LIMPÍSIMA TRINIDAD: HIGÍA, MARÍA Y TRÓTULA

“Así que me sostengo, un poco ciega. Así que/me alejo sobre ruedas, en lugar de piernas, que sirven igual. /Y aprendo a hablar con dedos, sin lengua. /El cuerpo sabe recuperar fuerza. /El cuerpo de una estrella de mar puede regenerar sus brazos. /Los tritones son prodigiosos en piernas. Y tal vez yo pueda ser/igual de prodigiosa en esto que me falta.”
De “Tres mujeres”, Sylvia Plath

Esto que decías de las mujeres en la medicina hoy, me hizo recordar a algunos datos que das en “¿Por qué tener hijos?” Entre los siglos I y II, encontramos a María la judía, que inventó el baño maría… para desinfectar y preparar alimentos (…) Trótula de Salero (siglos XI y XII) primera ginecóloga (…) escribió un tratado sobre los padecimientos antes del nacimiento y luego de los partos. (…) Higía, hija de Asclepio en la mitología griega, se convierte en la diosa de la limpieza, la curación, la sanidad, de ella proviene la palabra higiene. Se suele representar como una mujer joven alimentando una gran serpiente enroscada en torno a su cuerpo. ¿No permanece algo de esa noción de la salud como higiene y purificación?

Gustav Klimt. "La familia".
Gustav Klimt. “La familia”.

Sin duda. No lo veo todavía en el hospital, pero sí en la sociedad. Si no hay una mujer, no hay salud colectiva en el ámbito familiar, no hay orden económico. A pesar de que el dinero todavía pueda manejarlo un hombre, es la mujer quien establece un orden de prioridades económicas. En la medicina, no lo tengo claro… ¿Y por qué? Porque el residente es un personaje, casi te diría, sin género, que está en un entrenamiento de habilidades psicomotoras muy intensivo que le impide todo pensamiento social. El residente es bio. El médico más avanzado en la profesión es bio-psico-social, y esto requiere años, pelo blanco, otra mirada, otras lecturas y otras vivencias. Había un personaje que se llamaba Carlos Gurucharri, un ginecólogo muy interesante.  Su conocimiento del psicoanálisis  le aportó otra mirada. Él decía que hay una medicina en blanco y negro y una medicina technicolor. En esta última estaba el tratar de amalgamar y armonizar las tres áreas. En cuanto a qué prefiero, si un residente varón o mujer, me es exactamente lo mismo, no tengo ley de cupo ahí. Con que sea útil y lo vea inquiet@, me resulta bueno acompañarlo. Es un trabajador.

No hay más residentes varones y esto es una novedad. Lo llamativo es que, en los comienzos de la historia de la obstetricia, tal como te citaba antes, eran todas mujeres. En las artes y las disciplinas en general los primeros han sido siempre varones, los primeros pintores, escritores, ingenieros… Pero parece que en relación a ayudar a parir no, al menos en esta especialidad.

Tenés razón, no lo había notado y es muy interesante.

Alicia  Lapidus (obstetra del staff anartista): La introducción del varón en la atención de los partos ocurre a partir de la medicalización de los nacimientos. Ese es el momento en que la mujer pasa a tener que parir acostada, mientras el médico maniobra entre sus piernas.

NO TODA ES CAUSA LA DEL ORIGEN ABIERTO

“Morir ahí hermosa pavesa, morir ahí, /ver las nubes fundirse como la nieve y el eco, /orígenes del sol y del blanco pobres como Job, /no morir aún y ver durar la sombra, /nacer con el fuego y no morir”
“Morir ahí, hermosa pavesa”, Robert Desnos.

Lo otro es que tu libro comienza con una selección de voces de mujeres, de los motivos que ellas esgrimen y por los cuales tienen hijos.  Recopilás frases  que muchos médicos descartarían en su escucha. De lo dicho por un paciente,  ¿qué puede ser considerado “no médico”, aunque no sea fisiológico?

Primero, las frases que recopilo son clínicas, no son feministas, son antifeministas y yo las proceso. Yo hago una crítica del consultorio y de la posición de la mujer como paciente y como gestante: ¿Por qué está embarazada? “Bueno, no tengo idea…Porque quedé embarazada… No es el momento pero voy a seguir, mi marido me pidió”. Esto me pone los pelos de punta.

Como cuando se hacen las tetas porque el marido le pidió.

Giorgio De Chirico. "Retratos irracionales".
Giorgio De Chirico. “Retratos irracionales”.

Exactamente. “Le estoy haciendo el favor a mi marido” “Y… es como la prueba de amor.” Lo que no sabe es que va a arruinar la pareja con el nuevo hijo. Eso me pone muy mal, le estás haciendo un favorcito que dura nueve meses y pasás por un evento también peligroso como es el nacimiento y luego la crianza. No es un favorcito, es un favorazo. Me gustaría una mujer que no haga favorcitos. Yo, en los libros, empecé a criticar y criticar y luego pensé que tengo que darle una salida a esto. Los hijos, en general, no se tienen por amor. Y, aparte, son una responsabilidad. Si uno tuviera que decirles a chicos de quinto grado de qué se trata, hay que decir esa palabra: responsabilidad. Si estás contento, mejor todavía, pero esto no es por amor.

Igual, ¿por qué no podrían asociarse responsabilidad y amor? Pensaba también: ¿todo origen es estrictamente la causa de lo que va a venir después?

No, claro. Porque cambian las escenografías. Ahora, la foto de un consultorio de obstetricia es 50% embarazo no planificado. Estamos en 2018 y me parece que, al menos en la clase media, la planificación debería ser razonable. Si vamos a tener hijos, lo lógico sería tener previamente un Papanicolau o una visita ginecológica, haber tomado tomar ácido fólico antes de las concepción- una vitamina que  puede evitar malformaciones graves en el bebé- y tener una mirada previa holísitica sobre cómo está el bolsillo, cómo está la pareja y otros factores. Si compro una casa, no me la venden a sola firma. Sin embargo, sí hacemos un hijo a sola firma.

Pero, ¿existe el momento en el que está todo dado?

No. Es probable que si lo pensamos mucho, nunca tendríamos hijos. Eso también es cierto. Pero yo soy un obstetra antinatalista, claramente. 

Ese favorcito de las mujeres a los hombres, ¿necesariamente termina arruinando la pareja?

Si tomás las estadísticas de Clarín de los últimos años, el porcentaje de divorcios es del 40% a los seis años de matrimonio. Yo pregunto qué pasó en esos seis años. Cambiaste  de casa, cambiaste de trabajo, hiciste un viaje, todos pueden ser factores stressantes, pero también tuviste dos hijos. Dos hijos es una inversión de cuatro años: uno para tenerlo y otro para criarlo en el primer año. Creo que los hijos pueden traer un cisma muy importante en la pareja y no  tanto por causa de la mujer, sino porque nosotros somos unos inmaduros totales. Aparece el tema de los cuidados, el sexo que se modifica  o casi desaparece, la lactancia y las mamas ya no son para el hombre, los celos. Es muy frecuente ver mujeres que  a los nueve o diez meses quieren dejar la lactancia. Si les preguntás si se están cuidando  manifiestan que no dado que, “Estamos felices de la vida, tenemos relaciones sexuales”. Es mucho más frecuente de lo que se cree.

Lucian Marotta. "Madre metafísica "
Lucian Marotta. “Madre metafísica “

¿Y el deseo?

Al deseo, la mujer lo tiene muy bien  resuelto. Me parece que el hombre inmaduro es le que no sabe manejar estas situaciones y se siente solo. Yo veo a la mujer plena. Tiene un juguete extraordinario, tiene a alguien siempre encima, tiene un situación epidérmica enviable, una suerte de evento erótico que es la lactancia, besa al bebé, lo toca, lo cambia, lo limpia, tiene un objeto de porcelana especial. El hombre probablemente se masturba y no hay diálogo. Muchos son los que todavía  ven a la mujer embarazada como un ser al que no pueden tocar. Algunas poquitas veces ellas me han dicho, ¿qué pasa con mi marido que no me quiere tocar?, ¿estará con otra? Puede ser, como posibilidad. También es un momento de gran infidelidad en la pareja.

La panza puede ser, sin embargo, erotizable.

El cuerpo de la mujer es muy erótico, muy interesante, es  redondo o tiene curvas por todos lados. Después están las actitudes individuales, pero me parece, haciendo un paneo,  que la mayoría de los hombres no ve esa belleza.

A. L.: Yo soy un poquito más perdona vidas con los varones. Las mujeres, al menos al principio, hacen una simbiosis con el bebé, en una plenitud en la que no hay lugar para un tercero. A veces es el hombre el que la tiene que devolver a su lugar de mujer, sacarla del lugar de madonna.

Perfecto.Coincido, pero a los hombres nos tienen que decir estas cosas puesto que no nos damos cuenta ni tenemos sensiblidad para pensar en estas actitudes.

 

MEDICINA TAC – TAC – TAC MÁS UN CURSITO

                                               “Así es la gente de mi comarca. Siempre esperan que el médico haga lo imposible. Han perdido la antigua fe; el cura se queda en su casa y desgarra sus ornamentos sacerdotales uno tras otro; en cambio, el médico tiene que hacerlo todo, suponen ellos, con sus pobres dedos de cirujano. ¡Como quieran! Yo no les pedí que me llamaran; si pretenden servirse de mí para un designio sagrado, no me negaré a ello. ¿Qué cosa mejor puedo pedir yo, un pobre médico rural, despojado de su criada?”
“Un médico rural”, Franz Kafka

Volviendo a las voces de las mujeres, ¿qué falta en la escucha de los obstetras?

Todo. Tenemos que cumplir con normas. ¿Vos le preguntaste a un taxista cuándo se va a la casa? Cuando hizo la plata, eso te va a contestar. ¿Y cuál es “la plata”? Y, mil pesos, porque quinientos de esto, doscientos de lo otro, y así. En la medicina hoy existe una similar escenografía. Yo abro la computadora en el hospital o en el centro médico donde trabajo y tengo que atender seis pacientes por hora, una cada diez minutos para que funcione el sistema. Tenés que hacer una cantidad de consultas que justifiquen la labor. Una parte para el hospital o para el centro médico y otra para vos. ¿Los médicos hacemos ese cálculo? No, de ninguna manera, pero lo cierto es que debés funcionar rápido. Y así es como hemos adquirido habilidades para resolver mientras escuchamos los pedidos de análisis, la ecografía, el certificado.No somos malos  sino que nos hemos vuelto prácticos. Hacemos una medicina tac-tac-tac-tac, pero no necesariamente de mala calidad. Y es  la obstetricia es la única especialidad que ha creado algo fantástico: es un curso de pre parto de preparación para el parto o de psicoprofiláxis, donde estamos de seis a ocho horas con parejas jóvenes, donde se intercambian pautas, se analiza qué significa tener un chico, cómo cuidarse un poco más, manejar más tranquilos, ponerse el casco en la bicicleta o cuidarse con el alcohol o el cigarrillo.La espera de un hijo nos vuelve más responsables.

Gustav Klimt. "Las tres edades de la mujer" (detalle).
Gustav Klimt. “Las tres edades de la mujer” (detalle).

Si uno fuera a tener un niño, la verdad, me gustaría que la pediatría me diera un curso para ver qué pasa con el chico, cómo le doy la teta, cómo va a ser mi alimentación, mi descanso, mis dolores, cómo va a ser mi sexualidad, los límetes o reflexiones sobre la educación y cómo manejar la pareja para una nueva experiencia. En el resto de  la medicina no  hay otros cursos. Quizás la endocrinología con diabéticos, donde se muestra cómo se administra la insulina y se  dan contenidos sobre la dieta y los ejercicios. Así que yo diría que, aparte de esta cosa un poco automatizada en un consultorio, hay un espacio cercano al nacimiento, donde hacer una inmersión en el tema, no sólo para llegar al final del embarazo y un día parir, sino por cuestiones muy importantes como la lactancia y la lactancia del hijo.

¿Ese curso que nos contabas viene un poco a compensar las consultas rápidas, esos diez minutos insuficientes?

Sin duda y, en otras especialidades, no siempre se da. El oncólogo no te dará diez minutos, te dará quince, pero no debe diferir mucho el modo en que se desarrolla la visita en el consultorio. No creo que el sistema te lo permita. Si el profesional te dio una hora, quizás es porque está muy preocupado, pero se trata de un sistema de atención que tiene que resolver masivamente, no individualmente, nuestros problemas como pacientes. En Argentina hay setecientos cincuenta mil partos anuales. ¿Cuál sería el sistema con el cual  cumplimentar setecientos cincuenta mil mujeres embarazadas, setecientos cincuenta mil dudas, setecientos cincuenta mil nacimientos? Bueno, por ello, este sistema tan mal no anda. De la misma manera, la resolución de los nacimientos. Recordemos que son setecientos cincuenta mil. Es complejo. Cuando alguien logra algo distinto y personalizado es porque hay dinero, hay equipos. la mirada de los partos debe ser individual pero también institucional. Es como el parto domiciliario. Se suele decir que , en Holanda, tenés la ambulancia en la puerta y el pediatra y la enfermera presentes. ¿Cómo se puede repetir una escenografia similar en nuestro país? Yo le doy a alguien, en CABA, el parto domiciliario. Y a la otra, a la de una provincia, ¿qué le di? No le di nada. Entonces, los pensamientos tienen que tener equidad. Y me parece que entonces yo puedo criticar este sistema, pero la verdad es que, aun con dificultades, cumple la asistencia de este enorme número de nacimientos.

¿Qué lugar juega la empatía en el ámbito discursivo del consultorio y en la reproducción posterior de las escuchas?

Es permanente. Lo cual no quita que, cuando esa empatía no se da, igual hay que resolver todos los casos. En los consultorios tenés que resolver los asuntos de las veinte parejas que vas a ver, tengas más  o menos empatía con ellos. La relación médico –  pacientes es una relación humanaa. Es como con los hijos, no hay hijos buenos e hijos malos. Hay hijos cómodos e incómodos. El cómodo anda solo. Hay pacientes también cómodas e incómodas. Las pacientes siempre pueden cambiar de obstetra y, efectivamente, así lo hacen, no se puede gustar a todas.

Yasek Yerka. ” Library Ammonite”.
Yasek Yerka. ” Library Ammonite”.

¿Y no son los pacientes incómodos el desafío?

Sí, sin duda. Y el maltrato genera la expulsión del paciente: te trato tan mal, no volvés más. Eso lo escuchamos entre los médicos: “Tal es inaguantable”…Y después lo ves en las redes sociales: “Fulano es un amor”, o “Yo a ese no vuelvo más, me despachó en dos minutos”. Y lo que a una la enamora a otra la hace odiarme.

 

MÍNIMO, VITAL ¿Y MÓVIL?

“¿Es un imperio
esa luz que se apaga
o una luciérnaga?”
Jorge Luis Borges

Hablabas de una medicina de clase media, ¿se da algo muy distinto cuando pasamos a otras clases o incluso a chicas extranjeras? ¿Cómo es el trato?

A.L:  Perdón, meto un bocado. Sin hacer defensas obstétricas sino sociales, lo que tenemos que plantear en una sociedad serían éticas de mínimos: qué es lo mínimo a lo que todos podemos acceder. Lo mínimo sería lograr algunos objetivos donde no importe si sos o no argentino. Creo que los mínimos, en la medicina, están dados. Seguramente, hay falencias muy importantes en cuanto al sector público, pero hay falencias en todo. El médico del sector público es distinto del médico del sector privado.  Entonces, más que mejorarnos nosotros como obstetras del Fernández o de una prepaga, hay que pensar en un país donde las diferencias son así. Inadmisible que en el sector de la seguridad social haya anestesia peridural para el parto y en los espacios públicos , no. 

¿Cuál sería la equidad o la ética de máxima a nivel obstétrico?

La medicina racional sobre una ética de mínimos se daría Europa del Norte. Pero si vos tenés una prepaga acá, la pasás bomba. Tenés un buen pediatra, un clínico que te resuelve las cosas, guardia las 24 horas.

Uhhh, ¡sabés cuántas cosas te podría contar de mi prepaga que no coinciden con pasarla bomba! A mí, después del parto, me dejaron cuarenta minutos en un pasillo porque no había habitación. Tienen su negocio. Eso es la prepaga.

A.L: la medicina prepaga está atravesando un momento muy malo: hacen un parto y dejan las indicaciones escritas hasta el alta y no  vuelven a ver más a la paciente.

Sí, pero en todo caso ese médico debería dejar el prepago. Las organizaciones son muy grandes y manejan un volumen de pacientes muy importante. Según los comentarios de los financiadores el negocio financiero no es médico. Cualquiera de estos pre pagos se sustentan cada vez que vos le pagás una cuota y no te enfermás. Pero después, en las instituciones de salud no debe ser tan sencillo el negocio: mucho personal, insumos cada vez más caros, pacientes demandantes, juicios….por otro lado también es cierto que los estándares de calidad de los sanatorios o clínicas son cada vez más importantes y además todos están incorporando personal estable o adquiriendo la modalidad de servicios abiertos, pero con médicos estables.

No saldrá de mi boca una defensa de uno de los negocios más vergonzantes de la historia de la medicina. Las prepagas son uno de los sectores que, aprovechando la rapacidad de este gobierno para favorecer empresas, más habilitaciones recibió en materia de aumentos

Sí. Pero estábamos hablando de éticas de mínima y de máxima. No sé qué es lo máximo, pero uno pondría como ejemplo la medicina de Europa del Norte. Primero es una medicina única, no este quilombo. Porque así como los prepagos son malos, todas las obras sociales que tenemos lo son. En Dinamarca es muy probable que nunca veas al obstetra porque lo más seguro es que te vayas de la maternidad con una cantidad de cosas resueltas sin nunca haber visto un médico. Claramente no vas a tener un parto con un médico. Vas a tener bajo índice de cesáreas porque, al haber pocos nacimientos, los lugares nunca están llenos, los partos pueden durar lo que sea. Hay más tiempo. Estos países manejan el dinero con otra ética y con otra estética. Tienen claro que el dinero es finito y no infinito y se establece un sistema de prioridades que sea equitativo para toda la sociedad.

Sobre todo habida cuenta que la salud hoy es cada vez más onerosa. Se manejan drogas de costos altísimos para darle 6 meses más de vida a un paciente con cáncer….¿quién y cómo se analizan estos aspectos? Vivimos en un país donde los medicamentos cuestan 5 a 6 veces más que en otros países….llama la atención. Y a los gerentes de las instituciones tanto publicas como privadas les resulta dificil establecer un criterio de equidad. La medicina hoy es de una marginalidad terrible en cuanto a lo que se puede hacer.

 

Gustav Klimt. "Vida y muerte".
Gustav Klimt. “Vida y muerte”.

No somos Europa del norte ni Inglaterra. Tenemos nuestras singularidades. Por otro lado, ¿no sería posible distribuir la torta con otros criterios de prioridades, como en Cuba, por ejemplo?

Sí, claro. La Argentina es el peor ejemplo de eso, por intereses. Lo dramático es que a esta altura no hay vuelta para atrás. ¿Cuantos sistemas de salud tenemos? Nacional, provincial, municipal, obras sociales, mutuales, medicina pre paga…imposible una administración coherente de estos sub-sectores pensando en un bien común ¿Cómo es la ley de fertilización asistida? Es lógico que una ley trate de ser equitativa, pero ¿qué pasa? . Los colegas de la fertilización dicen “¿Cómo le vas a dar a una mujer a los cincuenta años un tratamiento de fertilización asistida?”. Está la ley,porque es la ética del mínimo. Esa ley la querían los especialistas en fertilidad. Ahora la tienen y se quieren matar porque antes, más o menos, la iban llevando, pero ahora viene una mujer de cuarenta y ocho años que dice “Yo tengo una ley y tengo dos tratamientos por año, así que vos me lo tenés que hacer

La ley da la oportunidad a todas y le deja a los médicos la decisión, en una relación medico paciente y explicando los motivos de la eficiencia, a quién deben darse los tratamientos y a quién no. Nada sencillo. Pero era lógico que una ley no podía venir con una tablita de a quien sí y a quien no. Esto es medicina y no ley

¿Y por qué no poder o querer ser madre a los 48? Ojalá se pueda modificar la naturaleza para que los óvulos no envejezcan en tan pocos años.

Por qué no, claro. Te quedan como 30 años de maternidad, en promedio.

 

TANTO MORIR, SE ME PARTE EL ALMA

“De pronto se alzan noches de llama con rocío, /esa mujer soltó su muerte agazapada, /un gris viajante cuelga su sombra en el ropero, /se volcó en esta silla un dolor verdadero, /hay nudos y relámpagos de piel desesperada, /un viejo calculaba, cuando llegó su frío…”
“Poema de octubre”, Amelia Biagioni


El lema de la campaña es “Aborto legal, seguro y gratuito”. El título de tu libro dejó algo afuera…           

Claro. Yo saqué el “gratuito” porque no quería mimetizar la campaña, no me pertenece. Podía pedir permiso pero, ¿hubiera hablado yo a través de ellos? No. Este es un libro mío. No es de la campaña pero se inspira en la campaña y en el movimiento de mujeres . Por supuesto que para mí el aborto tiene que ser gratuito.

Daumier. "Le mal de téte".
Daumier. “Le mal de téte”.

Con respecto a las problemáticas filosóficas y religiosas que trae el aborto, en un momento vos citás el ejemplo del cura australiano que hablaba de la indivisibilidad del alma y el problema, en el caso de los gemelos, sobre a quién le va el alma. Un cura amigo me decía que esa es una visión muy material del alma, ¿qué opinás?

Primero, “alma” es una palabra que utilizamos aunque no entendemos o no sabemos qué es. No es fácil de explicitar lo que es el alma. A nosotros nos gustaría que el alma tuviera corporeidad, o fuera tangible. Tal es así que, cuando empezó la fotografía, se retrataba a los moribundos a ver si se podía registrar el aura o algo similar. Es la fantasía que teníamos del alma. Por otro lado, la idea de que hoy advierto que una mujer tiene un embarazo muy reciente y le pone un nombre: lo llama Pedro. Y resulta que, a los diez días, tiene dos, porque se dividió el embrión en gemelos idénticos. Entonces, ¿dónde está Pedro? Es un discurso que tiende a desmitificar el discurso mal llamado pro vida que pone por encima de la mujer al estatuto del embrión. Es un juego dialéctico para decir que no hay persona o que la persona no empieza con la concepción. En Argentina, las mujeres están obligadas por el Estado y las leyes a llevar adelante un embarazo no deseado. Por abortar las mujeres van presas. Ojo que uso la categoría pro-vida y cometo un error, porque si vos sos pro-vida entonces yo soy pro-muerte y me estás ofendiendo. A nosotros, quienes defendemos el aborto legal, seguro y gratuito, nos han dicho de todo. En Canal 13, con Santo Biasatti, tenía enfrente al decano de la Universidad Católica de La Plata y el tipo me decía que yo era un triturador de chicos. 

El día que bajen al recinto los diputados y senadores van a votar si una mujer que interrumpe su embarazo en Argentina lo va a hacer de manera segura o insegura y si va ir o no a la cárcel. No van a votar una ley del estatuto del embrión. Van a votar una ley que diga si vas o no en cana y si es seguro o inseguro. Por eso el trabajo en estos meses ha sido el de ir minando la posición del pro-vida. No solo castigándolos porque dicen cosas sin sentido filosófico, sino porque lo que plantean no tiene nada que ver con este debate.

Y aparte del debate parlamentario, en términos filosóficos, el hecho de considerar el alma algo tan inmaterial es tal vez el fundamento de toda la desgracia. Es un debate que también habría que dar en otros ámbitos más allá del parlamentario. Nosotros reproducimos con el lenguaje un montón de consecuencias de esa metafísica.

De acuerdo, siempre y cuando no queramos llegar a definiciones taxativasNadie tiene porqué definir cuando se es una persona.

Claro, pero hay una taxativa, que es que el alma no es material y que es el “tesorito de la vida” contra el cuerpo corrupto. Digo, entonces, pelear por la opción de poder pensarlo de otra manera. Si se puede pensar de las dos maneras o de varias maneras, ninguna de las dos puede ser el fundamento único para tomar una decisión. Ellos revolean esos fantasmas porque dicen que esos fantasmas comulgan con cosas muy estacionadas en muchas subjetividades.  Marcar eso podría ser el aporte del debate filosófico.

El debate filosófico sobre la vida humana está en mirarla y reconocerla como tal. Es muy probable que, como unidad nueva, sea el momento de la concepción. Había vidas previas en el sentido que espermatozoides y óvulos eran ya vida, Después vienen saltos biológicos tales como el embrión, el feto, la viabilidad fetal, el recién nacido, el niño a los dos años. Los trimestres del embarazo explicitan riesgos. Una cosa es el riesgo del aborto y otra cosa es el riesgo de la inmadurez y otra el de los nacimientos. Por eso hay tres trimestres que no son caprichosos. Las miradas son biológicas desde la medicina y no siempre filosóficas.  Pero el debate sobre la persona es filosófico pero que no se trata de “Tengo dieciocho años y puedo manejar. No los tengo y no puedo manejar”

Yasek Yerka. "Strawberry  Railway".
Yasek Yerka. “Strawberry Railway”.

Es un algo que tiene que ver con “persona” como alguien capaz de ponerse un objetivo y lograrlo. Dicen los que hacen neuro desarrollo que más o menos a los veintiún meses es cuando vos le decís a un chico que te traiga el control remoto del televisor y te lo trae. Se le va a caer en la mitad de camino quizás, pero entendió la pauta. 

En el momento de la concepción hay dos muertes, porque el óvulo deja de existir como tal y el espermatozoide lo mismo.       

Muy bueno. Nunca se me había ocurrido.

 

NUNCA MUERAS EN SÁBADO, 2 AM

                                                           y pronto llegará la mañana,/los trabajadores se despertarán,/y me buscarán en los muelles,/y dirán/“está borracho de nuevo,”/pero estaré dormido,/finalmente,/entre las botellas y/la luz del sol,/toda oscuridad detrás,/mis brazos extendidos como/una cruz,/los pájaros rojos/volando,/volando,/rosas que se abren en el humo,/y como algo/apuñalado/y cicatrizante/como/40 páginas a través de una mala novela,/una sonrisa sobre/mi cara de idiota
“4:30 AM”, Charles Bukowski


Es curioso que, en el tema de los nacimientos, siendo que hay dos células que mueren para que haya una vida, no aparece el tema de la muerte incluido, conversado. Estamos dando a luz a alguien finito. ¿Estos debates se dan entre los médicos?

El tema de la muerte no es nuevo en la medicina. Lo que se está tratando es de darle un marco de dignidad. Si ahora se despenalizara el aborto, yo me dedicaría a la muerte, al final de la vida. Ya el hospital lo sabe y lo sabe el Comité de Bioética. La idea sería,con distintas sociedades de la medicina y la bioética para  empezar a establecer la recuperación de la muerte como una potestad de cada uno de nosotros. Una muerte no es igual a otras si se da un sábado a las dos de la mañana, con un médico salido de un colegio católico o un jòven medico que piensa, según sus valores, que hay cosas que no debe hacer, o que no sabe manejar la sedación o tiene miedo al que le dirán, o que piensa que la vida te la da y te la quita Dios. Pero, a ver: ginecólogos y obstetras convivimos con la muerte. La muerte en ginecología está, entre otras, en el cáncer de ovarios y en el cáncer de mamas. Son muertes que pueden ser bien manejadas, o mal manejadas, necesitás de los demás ¿Y quiénes son los demás? Los médicos, porque manejamos las drogas. Esto está más allá del patriarcado: se necesitan drogas para pasarla más o menos bien. Entonces no es lo mismo que te toque un médico u otro. No es lo mismo un jefe de servicio que otro en esas circunstancias. No suele ser un tema de reflexión en los servicios. Hay que modificar toda esta situación y ese sería mi próximo objetivo. Hemos tenido niños con epilepsia grave.que lo único que hicieron fue convulsionar que nunca pudieron relacionarse con sus padres y que vivieron o vivien en terapias intensivas domiciliarias. Sin embargo, con el nacimiento del segundo hijo, los padres y vinieron a plantear la suspensión del sostén vital. Se plateó la situación y se llegó a situaciones de suspensión de ese sostén vital con el aporte de  varias disciplinas más la evidencia que aportan los trabajos de la especialidad y de las sociedades científicas. ¡Esas cosas hay que debatirlas! Sobre tu pregunta de la finitud y de la muerte, la medicina suele poner al médico en una situación de defensa de la vida. “Yo vine acá para hacerte vivir, no para que te mueras”. Entonces, hay una cierta distorsión que se mezcla con el juramento hipocrático que obligaría a una defensa irrestricta de la vida. Pero hoy los médicos y la sociedad tiene concepciones distintas de la defensa de la vida e intenta manifestarse sobre la calidad de vida que es un tema difícil de tratar

Yasek Yerka.  "Casa".
Yasek Yerka. “Casa”.

Mirá,  en el año 2016, setecientos setenta personas optaron por el suicidio asistido en California, Oregon lleva años con esa opción. En Holanda es factible, en Bélgica es factible. Se llama eutanasia, pero tiene sus subsectores y es una cosa que está funcionando muy bien. Por supuesto, la grey médica desde el principio sacó sus garras. Hemos logrado algunas cosas muy importantes,  como las directivas previas. Yo ya lo tengo escrito, lo leyeron mis hijos y está en mi historia clínica, espero ser respetado cuando no tenga capacidad de decidir pero que se recuerde que lo escribí en mis facultades plenas. Esto, no dudo que mejorará la relación medico paciente y familia. Y de esta manera será más sencillo poner límites a los tratamientos respetando los valores que se expresaron antes de una enfermedad o de la périda de la conciencia y de la capacidad de decidir.


EL PUNCH  POETICUM

“(…) lo que asoma está aquí:/el poema de la planta del pie/vista desde abajo/El pezón de la semilla/que excita a la tierra/y todo el vestuario del amanecer/están aquí. /La palabra es el pie.”
“Dicciones”, Sergio Sarachu


Más allá de la divulgación ¿en qué te ayuda, para pensar, poner las cosas por escrito?

Te hago una foto mía de chiquito. Estaba siempre con la máquina de escribir. Escribía cartas. Escribía a mi primera novia que se iba a Italia y yo me moría de amor. Le escribí cartas a mi primera mujer puesto que no era fácil o era muy costoso hablar por teléfono a la distancia.. Siempre escribí cartas. De estos libros que ahora publiqué, me gusta la divulgación. Prefiero el ensayo. Tengo que estudiar para ordenar mis ideas. El índice lo hago yo y, en base a ese índice que surge de mi ideología o de las ideas que tengo desordenadas, voy estudiando. Algunas ideas tengo y todo se va nutriendo desde afuera y desde la experiencia vital propia y ajena.

Daumier. "Dos médicos y la muerte".
Daumier. “Dos médicos y la muerte”.

A veces usás frases como “Del discurso pro vida a la vida verdadera hay un océano de palabras y una parálisis de las sociedad que es cómplice  de estas muertes. Océano de palabras, ¿cuándo necesitás del lenguaje poético para escribir?

Trato de usar frases punch o efectistas (también en mis diálogos) para motivar la atención o la lectura del otro Cuando digo que soy antinatalista, es porque lo tengo bien pensado, me sirve. Es una frase que provoca al periodismo, a la gente, en una reunión o en un asado. La gente me dice “Ay, qué bueno. Traés vida” y no sabe cómo es nuestra vida y cambio el eje de cómo debe mirarse un obstetra o la ternura de traer hijos a este mundo

El lenguaje de intercambio se te queda pobre y entonces necesita de esta otra cosa….

Cuando escribís, o cuando hablás, necesitás un inicio, un medio y un final. Y es bueno que, en el medio, recuperes el interés que lograste al principio. Y al final hay que lograr un aplauso o la satisfacción del tiempo invertido en el lector.

¿Y esos recursos los utilizás con los pacientes también?

Sí, claro. Para llamar la atención. Es como el chiste, como la ironía. Son cosas que provocan y permiten retomar la atención. Son golpes de efecto necesarios. Incluso, en el consultorio. Vos ahí tenés una personalidad con la cual tratás de resolver cosas, de llamar la atención, a veces culpabilizás, otras veces no…

  

NO ME DEBATÁIS

                                   “(…) tres mil horizontes/quedan dispuestos en el inicio/
Cada uno impacta en el verbo que viene. /Improvisan párpados atentos/y remontan el puño río arriba: sofocan el verbo de catarro. /Luego se repliegan. Dejan hacer (…)”
Sergio Sarachu, “Dicciones”


Cuando decís, en relación a cómo se viene llevando lo del aborto, que el debate no tiene sentido ¿es una provocación?

Sí, lo es. Pero además me siento molesto. Si cuento para atrás, la primera carta de lectores que mandé a La Nación fue hace treinta y cinco años o más. Siempre debatimos, dentro y fuera de la democracia.. Este debate no es una dádiva de los políticos. En todo caso este presidente ha sido receptor del ruido que hay en la calle. El aborto fue un tema siempre complejo. El aborto, si bien existe desde siempre, fue la salida ética al infanticidio. Siempre cuento una anécdota: Hará unos diez años, estaba en un cóctel con una mujer muy paqueta, de dos apellidos, en Quintana y Montevideo. Vino una viejita, de aproximadamente ochenta y dos años y me dijo “¿Cómo anda lo del aborto?” Yo contesté que no había novedades. A lo cual se mostró disgustada y me dijo “Oh! ¿Usted sabe cuántos abortos me hice yo? Doce”. Puse cara de sorprendido “M´hijito, usted no sabe lo difícil que era el sexo antes.”  Me dio una lección de vida puesto que efectivamente antes de la pastilla, la planificación familiar debe haber sido muy difícil. Y aún hoy lo es. Volviendo al debate ¿Qué no me gusta del debate? El debate es una pelea donde tengo que liquidar al otro, matar ideas. Creo que en el debate no se crece y en la discusión sí. La discusión busca encontrar soluciones. En la discusión has cedido. En el debate solo has buscado denostar al otro. En el debate ¿qué es lo beneficioso? Nada puesto que cada uno se abroquela en su quinta. Critico el debate porque encierra la trampa de los políticos:  “Ahí tenés, pusimos al pueblo a debatir y no se ponen de acuerdo. Entonces dejamos todo como está.” Esa podría ser una salida como la que quisieron hacer con la consulta popular sobre el aborto. ¡si tienen todos los elementos!, ¿qué consulta popular?

Acción de emergente. "No dejan ver".
Acción de emergente. “No dejan ver”.

O sea que no sirve el debate, la palabra sí sirve.

La palabra me parece interesante. Yo trato de cambiarlo para provocar, para decir, primero, que no nos están regalando nada. También marco el peligro: no va a haber un solo acuerdo. Ahí es donde vamos a tener una posición fuerte: vamos a dirimir si es legal. Porque si es legal, vamos a ver cuántos hay, dónde tenemos que trabajar para disminuir los abortos. Si es ilegal, nada. Es todo debajo de la mesa. Vos seguís en el púlpito diciendo que no tienen que abortar y las mujeres siguen abortando. Es lógico que un poder legislativo revise sus ideas, si la ley está mal hecha, cambiémosla, propongamos algo distinto y superador a esto. Pero no me proponés nada, me estás diciendo que el chico es una persona desde la concepción, y el Pacto de San José de Costa Rica y la Constitución… ¡No me interesan esos planteo que embarran la cancha dado que tenemos un montón de abortos y las mujeres se encuentran en una condición de indignidad! Ahora viene a descubirir que no tenemos la educación sexual! Ya es una victoria en el balance de este mes, que ellos aceptaran el debate de la educación sexual. Para provocar a las personas, cada vez que hablamos de estas cosas, yo siempre he dicho que el único colegio que da educación sexual en este país es el colegio católico, porque lo da sobre un método sólo, que es la abstinencia. No sirve, pero es el único al que le ponen pilas. Las nenas que van al colegio de monjas dicen que les han hablado de sexualidad y que les han dicho que no tienen que tener relaciones sexuales.

En la escuela pública pocos profesores quieren dar educación sexual, entonces se lo derivan a la de Biología, que sea solo una cuestión orgánica, digamos…

Max Ernst.
Max Ernst.

 

Sí, es tremendo. Y vamos a decir que si acá no funcionó la educación sexual es porque los docentes no lograron impartirla porque  no se establecieron las pautas o no se les dio asesoramiento. Por otro lado, hay situaciones que complican todo. La iglesia católica ha siempre reclamado el derecho que la educación sexual quede relegada al ámbito del hogar y la familia. Ahora bien ¿por qué hay que tener educación sexual? Porque después el Estado, debe resolver que el 16% de adolescentes tengan hijos (100 mil argentinos por año) que es 4 veces más que otros países similares a los nuestros. Además hay abortos por los embarazos no deseados y estas jovenes contribuyen al 20 % de la mortalidad materna por abortos inseguros. Por ello es lógico que el Estado gestione la educación sexual como lo indica la ley.

La idea de militar la legalización del aborto frente a los legisladores ¿es por combatirlo o por que se acepte como un derecho de la mujer?

Es todo eso que estás diciendo. Hay un aspecto en la salud pública que implica hacerlo seguro, darte la prevención. ¿Cómo es en la clandestinidad? Comprás las pastillas, te las traen con una motoneta, le pagás, chau. Vas a un abortero, no te pregunta nada, te cobra veinte mil pesos o lo que sea según tu cara. No hay ninguna prevención, y sigue habiendo inseguridad. Pero, ¿cómo sería el escenario con la legalización? Te recibo, te pregunto si querés seguir. ¿Estás insegura sobre si querés seguir? Te presento a una psicóloga, y te doy unos días para que decidas, seguramente va a haber un plazo antes de la administración de las pastillas AUNQUE NO ESTOY MUY DE ACUERDO CON ELLO ¿Lo hacemos? Vas a tu casa, tomás la pastillita, tenés el aborto, que se manifiesta como un primer día de una menstruación, no te internás, no habría quinientas mil internaciones, volvés, te atiendo, te revisamos para ver si se ha logrado la interrupción. En términos generales, un 80 u 85% logra el objetivo con una sola toma de pastillas y sin complicaciones. Entonces, vas a tu casa, vas a tener unos quince o veinte días de pérdidas. Listo. Tomás los anticonceptivos y nada más. Es otro escenario. Otra tema: lo tenés y querés darlo en adopción. Se le presenta a la asistente social que es la podrá asesorarla al respecto. La clandestinidad invisibiliza todas estas acciones..

Sabemos que los métodos anticonceptivos no son ciento por ciento eficaces y que suele haber embarazos no programados y no deseados y que, por otro lado, el aborto puede no siempre ser traumático para la mujer.

Obvio. Alguien me dijo alguna vez “Vos sos hombre ¿Por qué hablás de esto, por qué decís que está bien abortar?” Entonces suelo decir: hay gente que cree que el aborto es un deporte. Y no es así. Hay un pensamiento ambivalente, “¿Lo tengo, no lo tengo?”. Consultás con amigas, preguntás sobre los riesgos. En términos generales, todas se toman su tiempo. El 60% de las mujeres que abortan ya tienen hijos, saben qué es la maternidad con su cara y su ceca. Miran si tienen pareja, si tienen trabajo, el estudio… Es muy difícil. Yo suelo decir (y esto les encanta a las mujeres) que el aborto es un acto de responsabilidad, porque han pensado tanto que, si bien hay emociones y ambivalencia, en la suma y la resta evalúan un montón de cosas.

Ana Reguera (Señora Milton). "Agenda-Sexo -Sexualidad - Feminismo".
Ana Reguera (Señora Milton). “Agenda-Sexo -Sexualidad – Feminismo”.

 

DOÑA AUTONOMÍA, LA ENCARAJINADORA
                                  

“Yo les pregunto y a las gentes duchas/qué es esta música que se me bifurca?/Valse, ranchera, polca, si es mazurca, /minué del ángel, chotis de la bruja?/Esta feliz sonorería oriunda/del corazón, de la pasión nocturna, /la rara avis que me canta y turba, /me amasa nuevo, que me descorrupta?/Yo no lo sé. Son hartas las preguntas.”
“Vigésima séptima palabra”, Juan Carlos Bustriazo Ortiz


En un momento  de “¿Por qué tenemos hijos?”decís,
“El mundo si este momento tiene un revolución es la revolución de decidir (…) la ética secular lucha entre los tres principios que más la obligan, los cuales son el principio de beneficencia, de no maleficencia y justicia contra el coloso de hoy que es el principio de autonomía”, ¿podrías desarrollar algo sobre este coloso, el principio de autonomía?

Max Ernst. "Portada para Repétitions de Paul Éluard". 1922
Max Ernst. “Portada para Repétitions de Paul Éluard”. 1922

La medicina era muy fácil. Era paternalista y se movía en un escenario absolutamente desequilibrado. Un enfermo que no sabe y está en una situación patológica, con un médico que sabe y que está sano. Asimetría total. ¿Eran malos los médicos? No, no lo eran. Pensaban que hacían cosas beneficentes, pensaban que no te tenían que hacer daño y esa era la lógica de la medicina de antaño. La justicia forma parte de la ética distributiva y ha sido difícil antes y ahora. Es la búsqueda de la equidad. Los griegos andaban muy bien con la beneficencia, la no maleficencia y la justicia. Pero aparecieron los sajones con la autonomía, término que expresa la capacidad que tenemos de administrar nuestra propias decisiones. Algo totalmente distinto. Yo no soy, como médico  el que sabe solamente  sino que tengo la obligación de llevar mi conocimiento hacia el paciente para que pueda tomar sus propias decisiones en salud. La autonomía vino a complejizar las cosas, pero es un principio fantástico como objetivo y la problemática es favorecerlo pero también ponerle límites, porque ¿dónde es autonomía y dónde capricho? Parece una contradicción pero no lo es. No es un tema sencillo. Lo cierto es que la autonomía le ha dado derechos al paciente, participación, consentimiento informado…

Y eso va mezclado con el tiempo concreto que exige ejercer esa autonomía dentro de los tiempos de la consulta.

Antes el buen paciente era el que decía: “Doctor, yo me pongo en sus manos, hagan lo que quieran de mí”. ¡Ahora esta actitud es inaceptable. Hay que mostrar las estrategia con sus pro y sus contras y el paciente debe junto al médico decidir Y además aparecieron los juicios, que es la industria devenida de no aplicar bien estos conceptos de autonomía. Debe ser visto como un conflicto de derechos: está el derecho del paciente y el derecho de la organización o del médico, porque el médico no es hoy un personaje que pueda hacer lo que quiere, también está normatizado. De hecho que hoy los Departamentos Legales participan de la vida de las instituciones de salud. Volviendo a porqué la obstetricia es una especialidad muy particular, voy a darte una definición que justifique la idea: es un aeropuerto en el que no sabés a qué hora llegan los aviones, cómo vienen los pasajeros ni cuántos vienen. No es lo mismo recibir un chico que trillizos. Son escenarios completamente distintos. Yo quisiera tener un aeropuerto en el que sepa a qué hora vienen los aviones y que tengan una diferencia horaria entre unos y otros, de modo tal que yo te hago bajar uno y el otro puede volar un ratito más, hasta que tenga permiso de bajar. Y saber cómo llegan. Hoy el concepto de naturalidad prevalece en la obstetricia pero a mi juicio la hace también insegura


Mario Sebastiani.
Mario Sebastiani.

¿Por qué defendés la cesárea?

Tengo una visión muy buena de la cesárea, me parece una muy buena manera de nacer. ¿Por qué? Porque es más rápida y como tal la veo menos riesgosa. La obstetricia es un trabajo y creo que nuestra obligación es disminuir los riesgos. No es que siempre se deba nacer por una operación cesárea, pero sí diría que los trabajos de parto deben ser sencillos y nuestras intervenciones deben ser sencillas y siempre midiendo los riesgos.

Es como los jueces que condenan o niegan un recurso porque es más rápido y más fácil que evaluar otras cuestiones…

Es curioso las mujeres residentes que hacen obstetricia dicen que no van a tener hijos. Y muchas los tienen por cesárea. No siempre compran la tan mentada naturalidad… Cuando hablás con los médicos, estás hablando con personas que son antinaturales por formación. No hay nada más antinatural que la medicina. Vamos en contra de la naturaleza con el antibiótico, con la cirugía, con la cesárea. Tratamos de resolver lo que la naturaleza nos afecta. El hombre es artesano, modificó la naturaleza siempre.

PROSTITUTAS Y HUÉRFANOS, ¡UNÍOS!

                                               “Después de la cena en el cercano café Roma escogía cualquier burdel al azar y entraba a escondidas por la puerta del traspatio. Lo hacía por el gusto, pero terminó por ser parte de mi oficio gracias a la ligereza de lengua de los grandes cacos de la política, que les daban cuenta de sus secretos de Estado a sus amantes de una noche, sin pensar que eran oídos por la opinión pública a través de los tabiques de cartón. Por esa vía, cómo no, descubrí también que mi celibato inconsolable lo atribuían a una pederastía nocturna que se saciaba con los niños huérfanos de la calle del Crimen. He tenido la fortuna de olvidarlo, entre otras buenas razones porque también conocí lo bueno que se decía de mí, y lo aprecié en lo que valía.”
“Memoria de mis putas tistes”, Gabriel García Márquez


El tema de la revista es la orfandad. Me llamó mucho la atención lo que marcás del origen y la desaparición contemporánea de los orfanatos y los prostíbulos: “Por intervención del Estado los prostíbulos y los orfanatos tienen raíces similares y de hecho nacen y mueren en la misma época”. Algo así como  encerrar a los huérfanos para que no cayeran en la prostitución, al mismo tiempo que encerraban a las putas para que no tuvieran a mano a los pibes.

 

Dorothea Tanning.
Dorothea Tanning.

Sí. Menciono la Casa de los Expósitos que era la Casa Cuna, hoy Pedro Elizalde. Todavía está la ventanita donde se golpeaba, se dejaba al bebé ahí y la mujer se iba con privacidad. Después, en el libro cuento lo que se veía de Canadá, diez años atrás, en el subte. En vez de publicidad de academias de gastronomía o de teléfonos, estaba la del torno del Hospital Saint John y te sugería que no abandonaras a tu hijo en la calle. En Roma también hay un Hospital (creo el Bambin Gesú) que  tenía el torno (puerta giratoria,  donde se podía dejar un bebé en la parte que daba al exterior sin que el abandonador diera la cara dentro de la institución). Entonces, existe posibilidad abandónica.

Hoy en La Nación  hay un artículo de la BBC de las mujeres que se arrepintieron de tener hijos. Un grupo de entrevistadas cuenta que si bien están contentas con sus hijos (respuesta honesta o políticamente correcta) cuentan todo lo que han perdido. La idea que quiero expresar es que hoy hay más libertad o menos censura para que una mujer o una pareja pueda expresar sus sentimientos contradictorios con respecto a tener hijos.

Por otro lado, volviendo al cierre de simultáneo de los orfanatos y los prostíbulos, ahí entra a jugar la sífilis. Los prostíbulos comenzaron a cerrarse una vez que la sociedad o el estado percibió que era una fuente de diseminación de la sífilis. El hombre  iba el prostíbulo porque tenía que tener “resueltos sus desahogos”. Días pasados conté que un amigo había ido a las Islas Malvinas y que se había enterado que había una base militar con dos mil efectivos y que no se mezclaban con la población estable de la isla? A lo cual, siendo hombre, de inmediato se preguntó . ¿Y cómo hacen para coger? Luego rápidamente llegó a una conclusión…. “ Se masturbarán, no creo que Inglaterra les lleve putas” . Me llamó la atención la rapidez de la pregunta y la solución al problema….. Respecto del prostíbulo, empezó ahí toda una tensión sobre prohibirlo, dejarlo, legalizarlo, cuidarlo.

Vi en Clarín otra nota con mujeres que se arrepintieron de adoptar.

Los temas se encaran cada vez más con libertad. Recordemos que el abandono en la Casa de los Expósitos era la salida ética del infanticidio. Cito a Phillipe Debray cuando dice que la crianza, la preocupación por la infancia, tiene escasamente doscientos años o menos.

También la infancia como concepto. Y vos ubicás ambos fenómenos en el comienzo de la industrialización y pensaba: les empiezan a dar valor a los niños porque los ven útiles como futuros trabajadores o soldados.

Primero tienen que ser útiles pero, además, el Estado gastaba plata. El Estado los recibió, no los mató, pero empezaba a gastar dinero. ¿Hasta cuándo vas a gastar dinero en un sujeto que no produce nada? Hasta que se lo lleve  la industria o la guerra. Ellos decían que los huérfanos eran personajes muy buenos para llevarlos a las colonias porque nunca habían conocido el amor. Si vos nunca conociste el amor, sos perfecto para ir a las colonias de África o de América. ¡Qué manera de pensar! pero acorde a la estética del tiempo. Si yo te lo mantuve desde que nació y se me cae a los doce o trece años por la tuberculosis, no me dio tiempo a recuperar la inversión. Gracias a esto empezó, primero, a contarse vivos y muertos. El primer evento pediátrico en la medicina fue contar los muertos. No había ternuras era: ¿cómo hacemos para que no se mueran? Porque además eran útiles. También se mejora el agua y la alimentación en los orfanatos de manera que no se mueran y poder tener más soldados para la guerra. La política siempre se ha inmiscuido en los asuntos de la demografía. Las guerras eran de infantería, se diezmaban los muchachos. La primera línea en la guerra está para morir. En nuestro país en la decada del 70 se temía una invasión chilena en el sur de nuestro país que estaba despoblada, por lo que la gran idea fue prohibir lo anticonceptivos que poblar la Patagonia.

¿Y el tema de las nodrizas?

Es interesantísimo lo de las nodrizas. Pensá: estamos en la era pre industrial. La mujer tenía que laburar, por ejemplo, en este pequeño comercio y empieza salir para la incipiente industria. Esta es una etapa en la que empieza a descender la natalidad. La nodriza  resuelve la situación de la alimentación e inclusive la crianza. Vos imaginate lo que debe haber sido la vuelta a casa. A los cuatro años, te devuelven al pibe al que le dieron el pecho y lo criaron de alguna manera. Una cosa extraordinaria. Como habrá sido ese regreso o esa introducción en un esquema familiar. Seguramente lo deben haber puesto de inmediato a trabajar. Nada de ir al colegio. Si bien había educación, la misma se daba en las iglesias o en las plazas y no había primer grado, segundo grado ni orden alguno, era un conjunto de personas que quería estudiar o conocer oficios nuevos o dedicarse a las artes Los ingleses son los primeros que normatizaron la enseñanza. Primero, los nenes con los nenes, las nenas con las nenas. Les pusieron uniforme y empezaron a establecer edades e incorporación paulatina de los conocimientos.

Lo de las nodrizas me recordaba a cómo se llama la obligación que tiene le padre con los hijos: alimentos. Y en los dos casos parece que el alimento es una cosa que no puede ser vivida como un placer ni como un derecho, sino que hay que ponerlo como una obligación. Por eso los tipos la esquivan sin culpa.

Así es.

 

EL MARAVILLOSO ÚTERO

                                              Por eso muchas mujeres cantan al unísono:/una maldiciendo la máquina de hacer zapatos,/una en el acuario cuidando de la foca,/una aburrida al volante de su Ford,/una cobrando en la barrera de peaje,/una en Arizona echando el lazo a un ternero,/una en Rusia con un chelo entre las piernas,/una en Egipto trajinando ollas en la cocina,/una pintando de luna las paredes de su dormitorio,/una moribunda pero recordando un almuerzo,/una en Thailandia desperezándose en su estera,/una limpiándole el culo a su hijo,/una mirando por la ventanilla de un tren/en medio de Wyoming y una está/en cualquier parte y algunas en todas partes y todas/parecen cantar, aunque algunas no pueden/cantar ni una nota.”
“Celebración de mi útero”, Anne Sexton      


En todas tus luchas y en lo escribís y hacés ¿en qué te sentís huérfano?

Fundamentalmente en relación al aborto. No encunetro acompañamiento de mis colegas. Para el feminismo soy uno de los pocos médicos que habla del aborto,y me convirtieron en un  mediático. Una vez en la televisión me acuerdo que fui acompañado por dos feministas y me propusieron que hablara más que ellas puesto que yo era médico,  hombre y  del Hospital Italiano. “ Eso garpa mucho”.

Eran más bien mujeres machistas.

Les parecía que, para la campaña, era mejor que hablara yo. Otra cosa sobre la orfandad. Primero, jamás me molesta una postura distinta a la mía, como la de Alicia, que dice a “yo soy pro parto”. Pero no me gusta el que se vuelve fundamentalista naturalista. Después, cuando yo sostengo  mi postura sobre la cesárea, me molesta soberanamente el médico que dice “pero claro, es mucho más rápido, se hace en dos patadas”. No es ese mi punto. A mí me maravilla ver el útero. Siento mas seguridad por la mujer que en algunos partos.

¿Te sentís huérfano cuando atendés un parto y mirás alrededor y, si algo empieza a complicarse, no hay nadie?

Max Ernst.
Max Ernst.

Sí, claro. Aparte no sabés el cómo trabaja el médico que está de guardia, que es quien te puede ayudar. Es muy estresante nuestra profesión. De hecho, hay muchos infartos. Y el anestesista también tiene una mala calidad de vida.

 

 

Mario Sebastiani y el Anartista
Mario Sebastiani y el Anartista

 

Mario Sebastiani y el Anartista
Mario Sebastiani y el Anartista
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