Caravaggio. "Tomás el dudoso." 1602-1603.

Lo inesperado: Sobre la obra “Amusia”.
Por Adriana Valletta

 

ECOS Y RETUMBOS

“Amusia” es una  obra musical   y escénica, del compositor Jorge Sad Levi, basada en el texto de José Ingenieros, ”El Lenguaje Musical y sus Perturbaciones Histéricas”, escrito en 1902 en francés y editado al español  en Argentina, en 1952.

En la propuesta de Jorge Sad  Levi, el libro de Ingenieros cobra la composición de un “cuadro” escenográfico musical, donde el texto se presenta con puntos y comas, para tomar vuelo en polifonías, actuación y música. Así se convierte, de algún modo, en una de respuesta a la teoría de Ingenieros. Una  teoría que encuentra su eco en ciertas concepciones de la música contemporánea. Pero vamos por partes.

“Amusia” fue creada con el apoyo de la Beca Bicentenario del Fondo Nacional de las Artes. Ha tenido ya varias presentaciones y continuará presentándose en diferentes espacios.


AMUSIA

Es un espectáculo  donde participan los cantantes Natalia Cappa Y Lucas Werenkraut, secundados por un ensamble de músicos formado por Andrea Escobar, en flauta;Matías Sánchez, en trompeta; Nahuel Serratto, en viola, Emmanuel Graglia, en guitarra eléctrica. La pianista invitada en esta ocasión es Andrea García. La electrónica es programada y proyectada por el compositor en vivo.las proyecciones de vídeo están a cargo e Pablo Magne.

No se trata de la obra de “un compositor”, sino de un grupo de “compositores”, que colaboraron de manera activa en cada una de las materialidades que animan la idea.

Dice Sad Levi : “Hay varias ideas implicadas en la obra : numerosas tendencias estilísticas como el teatro instrumental (comienzo y sección 11, “Baile Inmóvil”), el rock y la composición algorítmica, como en el No 10; el espectralismo, en la sección 9, la cita a materiales históricos, en la sección 4, la improvisación con live electronics,  presente en varios pasajes; el audio art, el folklore, la música electrónica y el circuit bending como en la sección 12. También, la acusmática, como en el caso de la transición entre sección 2 y 3”.(…)” La música contemporánea no es un estilo musical, sino una situación de escucha caracterizada por la multiplicidad de estéticas contemporáneas entre sí. La música de tradición clásica  toma conciencia  de esa infinita simultaneidad del tiempo y el espacio que ha creado la grabación de todas las músicas del mundo.”

 

Acusmática.
Acusmática.

 

SONIDOS DE AMUSIA

En  “Amusia” se puede “oír” también una evocación que se corresponde con ecos del   1900, años  en los  que tuvieron lugar diversas investigaciones sobre  percepción y lenguaje musical. Muchas, de gran erudición. Sin embargo, rozaron lo delirante al forzar algunos casos para que encajaran en la teoría. Desde esa perspectiva,  se clasificó como “amusia” o sordera tonal  a lo que se consideraron desvíos de cierta normativa estipulada para la época.

El “auditorio“ del espectáculo podría leerse  como  un escenario mental y anímico amplísimo, donde el espectador podría situarse como el perturbado paciente, o como el mediador entre el paciente e Ingenieros. O como Ingenieros mismo. O  como un simple “escuchador” que logra “oír” lo inaudible.  La cabina de resonancia del  “hipotético”  padeciente de amusia se presenta conjuntamente a la curación musical, que ha de ser mágicamente “espontánea”. Todo se resuelve en el mismo cuadrilátero, ante la magistral pregunta, ¿Sería posible un mundo sin música?:Hay una narración global vinculada con hacer que una buena cantidad de ideas musicales muy heterogéneas puedan convivir y producir sintaxis musical  y forma. Es decir, que finalmente, es una pieza musical que- como en la época de la música programática-  logra producir una cantidad de fenómenos de sentido musical al tomar el exoesqueleto que puede constituir la obra literaria.”

Caravaggio. "Tomás el dudoso." 1602-1603.
Caravaggio. “Tomás el dudoso.” 1602-1603.


EL CUERPO DE LA MÚSICA

Hay un encuentro inesperado entre el texto hallado casualmente por Jorge Sad Levi  y la escucha que le prodiga al mismo. Así, sin proponérselo, la obra es la escenificación  de un tratamiento novedoso,  no de  las “amusias” supuestas, sino un modo novedoso de “tratar” e interpretar  lo normativo de la época del 1900: “Ingenieros parecería tener  una gran certidumbre de lo que era y debía ser y no ser lo musical y la música”.

Las certezas, como se sabe, caen ante el desafío del arte que las interpela. Y, también, como se sabe, se confirman ante el arte que frente a ellas se arrodilla. La obra de Sad Levi se incluye en el primer caso. Somos  espectadores activos y “escuchantes”, estamos frente al escenario, ante las voces  y la música de amusia, pero también ante mucho más que eso,: nos encontramos frente a la caída de la concepción de los cuerpos y  de sus formas de goce, según algunos designios académicos. El sonido es visual en la pantalla, y reclama una  experiencia que exigen algo más que comprensión lógica. “Amusia” apela a inventarnos un  sentido musical más amplio. Resulta, así, una obra arquitectónica entendida como “cuerpo” que va construyéndose hasta desembocar en una suerte de experiencia erótica enriquecedora. Después de la  “vivencia  musical” ocurre una singular unificación de las “ideas musicales”  presentadas.

“Una especie de contracara del formalismo, que  propende a la unidad  generativa de la música. En  mi caso, la unidad se da por la enorme heterogeneidad del material  unificada por el aspecto temático”

 

LA POLICÍA EN EL OÍDO, JAMÁS

Así hay voces hombre, voces mujer. La niña ejecuta su instrumento y  también ejecuta su sed de oír y oírse. El cuerpo es órgano musical. El instrumento es sus manos, sus pies, su boca. ¿Quién puede saber qué oye en su interior?, ¿qué oye en sus pies? El pedal del piano  acelera para retornar a la calma. Hay una voz en francés, una mujer emite cantos, su boca se abre y devora sonidos. Un hombre enuncia frases de Ingenieros, encarna a Ingenieros.  Entre ruidos indescifrables, llega un Do Mayor.  El  ritmo orgásmico  se mezcla a sonidos de agua, sonido a cuerpos vueltos ligereza y fragilidad metálica, a veces vueltos terror. Hay notas miedo, hay notas ansiedad. Todo está montado sobre una variedad de polifonías y estilos.

”Pensar la composición como una articulación dialógica, polifónica, entre varios agentes estilísticos que interactúan entre sí, a la manera de los heterónimos de Pessoa, conformando una “Gestalt”.

Ahora el cuerpo dialoga  con lo erógeno musical, ha logrado hacer un rodeo inusual para escapar  de la penalización del goce diferente. Así, “Amusia” desmonta la visión de José Ingenieros, donde cualquier diferencia  debe ser penalizada y perseguida. El estado policiaco se impondría, finalmente,  a través de la manera de oír”.

 “Mi música no es la consecuencia de un proyecto explícito y diáfano, que puedo concebir de manera abstracta, sino el fruto de una serie de acciones, decisiones y elusiones, constantemente puestas en duda, cuyo sentido no alcanzo a descifrar cabalmente hasta el momento en el que puedo ver el resultado terminado y ejercer una suerte de comprensión retrospectiva,  como la que muchas veces ocurre en las novelas de misterio.”

 

LA SORDERA DE INGENIEROS

En 1906, en  “La Nouvelle Iconographie de la Salpetrière”,  Ingenieros publicó en francés  un trabajo sobre las ‘afasias musicales’. En lo referente a este tema, fue el primer trabajo neuropsicológico argentino con trascendencia internacional, realizado desde la Universidad de Buenos Aires. La investigación transcurrió en una  época de auge del psicoanálisis, como gran oreja dispuesta a los trastornos histéricos, pero también  ante los avances de la neurología y de la psiquiatría. La escucha está en plena vigencia. Es lógico pensar que, en principio, el texto presenta una intención hasta poética y de una gran sensibilidad  impregnada en su tiempo.  Sin embargo, la segunda parte del libro varía totalmente de su primera intención. La teoría de Ingenieros  cobra un carácter forzado y se desliga de lo emocional, para constituirse en un catálogo, lejos de un aporte al psicoanálisis: “Lo referido a la semiótica musical me llamó la atención siempre. Por este motivo, la primera parte del libro me resultó llamativa. En la segunda parte del libro, Ingenieros empieza a inventar  casos para que coincidan en espejo con las alteraciones del lenguaje, esa simetría no existe, hay que forzarla. Entonces, a cada punto del lenguaje verbal él quiere agregar un problema en el lenguaje musical. En todo caso Ingenieros anuncia el desvío de la norma musical o de lo esperado  como patología (…) “Todo lo que él construye  como “perturbaciones histéricas¨ son las singularidades  del habla,  las mismas que constituyen la música actual”.

 

"Hermes".
“Hermes”.

 

ESCUCHARSE

Amusia” es una obra en devenir. Y esto es quizá “Lo inesperado”. “Pienso en la heurística, en los mundos imaginarios que nos permiten acceder a algo nuevo.(…) la obra está haciéndose y, en una próxima etapa, imagino algunas ¨extensiones¨, que  podrían terminar de completar mi proyecto “ .

Ingresamos al silencio primigenio y escuchamos para poder oír. De a poco se instala un halo de misterio que, como tal, no se resuelve fácilmente. Como en una línea secuencial no lógica, o en una obra de ficción policiaca, las preguntas no ofrecen respuesta fácilmente. Todo ha de realizarse primero para descubrir la creación  misma. ¿Cuál es el orden? ¿Se oye para escuchar? ¿O se escucha para oír? :” También encuentro una poesía enorme en Ingenieros cuando él se pregunta  qué es la música, al principio del libro, lo hace con seriedad y con una gran erudición y sensibilidad

Tragedia para el amante podría ser la amusia. Pero la Obra viene a poner muchas cuestiones, blanco sobre negro, sin olvidar los toques de vientos relucientes, de saxos y  trompetas que enamoran.

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