SAROLTA BAN

Rituales: sobre los encuentros amorosos y  otras hierbas.

RECUPERAR EL ENCUENTRO CON OTRAS LÍNEAS

Por Ceci Miano

DE BLANCO Y NEGRO HABLO

VLADIMIR KUSH
VLADIMIR KUSH

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las historias de amor suelen comprender la secuencia del encuentro y el desarrollo de un romance donde el tiempo deja sostener los compases, se comprende en una época señalada por la música melódica, la ropa de moda, los detalles melosos, las miradas pausadas o las manos entrelazadas. También podemos pensar en siluetas a contraluz…

RENÉ MAGRITE. LOS AMANTES
RENÉ MAGRITE. LOS AMANTES

Paremos con tanta dulzura.

Las historias de amor de hoy, las reales, se desatan de modos impensados. Para alguien como yo, de casi cincuenta años, lo conocido ya no encaja con lo actual. El boliche bailable dejó sus marcas sólo en la memoria prodigiosa de quienes lo recordamos. Las pasaditas, -pasar en auto por la casa de quien nos gusta muchas veces a lo largo del día- , habituales en los pueblos como el mío, dejaron de existir. No sé si por el costo del combustible o por el progreso, por llamarlo de algún modo.

Podría seguir con la lista de encuentros de antaño, aunque me niegue a aceptar el demasiado rápido paso del tiempo. La memoria es un relato que se narra como si fuese hoy, pero no… La plaza del pueblo era el lugar de encuentro para poder mirar tranquilos a cualquiera que estuviese a nuestro alcance, mirar lo no esperado siempre fue inusual, las parejas se armaban de acuerdo a los cánones de belleza, donde se incluía la edad, la altura, el físico, la clase social, el barrio. Todo esto parece de ciencia ficción, pero era así. Por aquellos tiempos las ilusiones se pegaban en los jeans ajustados con apretones de cintura, hasta que el calce causara estragos en los chicos adecuados, los demás quedaban al margen de las esperanzas.

Las miradas en la plaza eran el primer momento de encuentro. Lo puedo decir porque era de las adolescentes que frecuentaba ese espacio de magia amorosa. La edad me dio otro panorama de las cosas y pude descubrir que hubo muchísimos adolescentes que nunca, jamás iban a la plaza en el horario de la tardecita, era un espacio exclusivo para algunos.

ALEX HALL
ALEX HALL

La ley del pueblo.

Los que no se acercaban a la plaza en el horario del mate y las miradas, lo hacían de noche, muy tarde, generalmente llegaban en motos muy ruidosas o en grupos de amigos, casi siempre todos varones. Los policías rondaban al acecho de los chicos malos que osaban venir al centro con sus desmadres.

Parece que algunas cosas cambiaron… otras siguen igual.

 

ENREDADA

Hubiese sido bueno que alguien me lo hubiese advertido, porque los consejos de estar en un sitio de citas one line para mí resultaron inimaginables. Los mensajes en papel, lo sé perfectamente,  no van más. Pero de ahí a pensar que tengo que avisar en un perfil que estoy disponible y en busca de un candidato hay mucho trecho.

Pensé en ponerme un nombre falso y una foto falsa, sólo para sentir el juego de seducir o ser abordada, invitada, mirada. Nada me gusta. Dudo mucho. Me da miedo. Supongo salir a la calle e imaginar todas las miradas sobre mi hombro, sólo porque estoy en busca de conocer a alguien.

Hace un tiempo una amiga me dijo: “si no estás en las redes no existís”. Para alguien como yo,  no habituada a navegar en este mundo, es un fracaso anticipado.

VLADIMIR KUSH
VLADIMIR KUSH

La disposición no ayuda cuando se cree que lo que hacemos es falso. La desconfianza, la falta de conocimientos técnicos para resolver estos encuentros virtuales me dejan completamente afuera de la carrera de enamorarme con la ayuda de las redes.

Esto me resulta hasta gracioso, porque creo que como decía mi abuela, “cayó en sus redes”, así se decía antes de la era de la tecnología, como si hubiesen advertido el fin de los encuentros casuales, el fin de las miradas a la pasada, el amor a primera vista, la esperanza de recibir un llamado al teléfono fijo entre otros encuentros que hoy son muy raros o poco frecuentes.

LOS DIENTES NUNCA SON TAN BLANCOS COMO EN LAS FOTOS

El problema es que algunos creemos en los encuentros, esos reales. Las fotos con filtros, los fondos pensados con detalle, la luz potente y todo lo referente a la imagen me resuena artificial y es tan habitual como falso, según mi mirada.  Los encuentros se realizan con mensajes en redes sociales, las marcas son tan sutiles como los “me gusta” en una foto. Es difícil ponerse a tono cuando uno no tiene ni idea de los códigos.

Pero la charla con hijos enseña, deberán ser al pasar, sin demostrar mucho interés por los adultos porque la parte de enseñar a navegar en este lenguaje de encuentros se dificulta si el hijo o hija se dan cuenta de nuestra necesidad, ahí se abstienen de dar cátedra, para ellos es natural, les resulta artificial explicarlo, imagino que será como explicar lo cotidiano, se hace innecesario, absurdo.

UNA VUELTA DE TUERCA

En este tema de los encuentros amorosos modernos el ritual se vuelve diferente. Las visitas a las redes sociales, ya sean para encuentros amorosos o para mirar del acontecer de los demás, se vuelven más cercanas para mí a medida que el ejercicio del uso me habilita a sentirme con más confianza.

Me planteo si mis prejuicios con respecto a los encuentros virtuales son tan malos como me lo planteé hace un tiempo. Ahora vislumbro un dejo de verdad pura cuando un hombre o una mujer se hacen cargo de su soledad, se vuelven más confiados en que sus encuentros con la premisa de resolver algo de la vida de cada uno sin careta. Estoy solo/a y quiero conocer a alguien. Por supuesto que en los perfiles se verá lo mejor de cada uno, que las fotos o comentarios serán pensados con atención para atraer. ¿Acaso no pasa lo mismo cuando conocemos a alguien?, queremos impresionar bien siempre, no queremos que nuestros lados flacos se vean en el primer minuto. Damos gambetas y seleccionamos palabras, perfiles y miradas hasta que nos sale la espontaneidad, esa que solo asoma cuando estamos felices, cuando alcanzamos la confianza en lo que sentimos sin importar nada más.

SAROLTA BAN
SAROLTA BAN

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Desandar el camino propuesto por mis inseguridades se plantean hoy una nueva expectativa. La de dejar de ser como debo ser y ser tal cual soy.

OTRA VUELTA DE LA VIDA

Pareciera que los rituales de hoy no son tan sofisticados como los antiguos, eso lo digo yo. El alcance de las redes es tan masivo que hoy contactar a alguien no amerita grandes saberes. El perfil permite que la persona que busca tenga la posibilidad de hacer un comentario, mandar un sticker o compartir un comentario sugestivo. Los estilos siguen siendo infinitos, las oportunidades se sumaron a las ya conocidas y no creo que podemos distinguir entre lo antiguo y lo moderno.

Cuando el encuentro se provoca es igual en todos los tiempos.

Los rituales del amor siempre aparecen en el estómago, con dolor o mariposas, eso es universal y atemporal.

MICHAEL SUMMER
MICHAEL SUMMER

 

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