Rituales: Entrevista a Kekena Corvalán
Entrevista: Gabriela Stoppelman, Lourdes Landeira
Edición: Lourdes Landeira

 “Todos huyen en su tonta carrera, incluso nosotros, pero hacia adelante. Nos fugamos hacia el porvenir, lo por venir, nos abrazamos con estos ojos desgraciados antes de lanzarnos al vacío. Pero, ja ja, trampita. Para nosotros el vacío es la cosa más completa que hay. No nos asusta dejar este afuera choto, puto, realista, sucio, piripipí, era lo que estábamos buscando”.
Historias de Cabeza Partida, Kekena Corvalán

 

Franca Ramos
Franca Ramos

Los ángeles, dicen, no tiene sexo; sin embargo, los nombramos masculinos. De hecho, tenía nombre de varón –Gabriel- el que le anunció a María, virgen y niña, que otro varón, autoproclamado padre de todas las cosas, la había elegido para ser madre de su hijo. ¿Pudo haberse negado cuando no fue ella quien concibió, sino que fue concebida por un otro? Alto costo debió pagar para ascender al reino de los cielos y trascender por los siglos de los siglos. Primero, el repudio del marido por un embarazo que no le pertenecía. Después, la protección de ese hombre en la tierra para parecer una familia tipo –nunca tipa-. Y no fue más que el comienzo. Faltaba que un rey celoso ordenara matar al niño -la profecía decía que el crío era una amenaza-. A eso, sobrevino el exilio en el desierto. Hubo de caminar las siete estaciones del vía crucis. Debió ser espectadora de la muerte de su hijo, la resurrección y su posterior retirada ascendente hacia el padre que una vez lo envió. Dicen que ella fue la madre del salvador, aunque no esté muy claro de qué cosa nos hemos salvado, luego de su paso por la tierra que todavía pisamos. Si María hubiera podido hablar, decir no y ser respetada, el plan divino habría quedado abortado. Al menos, ese intento con su vientre. Lo cierto es que la historia sería otra y la sangre, quizás, habría corrido por diferentes rías. Pero no menos cierto es que, sin la parición fundante de María, Kekena Corvalán no podría definirse una mariana. Y, como curadora de arte, elegir exponer una imagen de la santísima con el pañuelo verde de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, atado al cuello. 

 

ENTRETEJE, MARÍA

“Cubres con un canto la hendidura. / Creces en la oscuridad como una ahogada. / Oh cubre con más cantos la fisura, la hendidura, la desgarradura”.
“Los pequeños cantos, Alejandra Pizarnik

Queremos conversar sobre un paralelo entre la muestra del Conti, “Para todes, tode”, donde encontramos muchos cuerpos a los que les falta una parte -o que no se muestran completos- y el libro, “Historias de Cabeza Partida”. ¿Ese criterio de la parte y el todo es fundante en vos?

La recortada, de Susana Torres
La recortada, de Susana Torres

Sí, es súper importante. Creo que la fragmentación es un mecanismo creativo del campo del arte que, a su vez, lo toma de algo que sucede socialmente. Estamos más fragmentados y atomizados que nunca a nivel social. Sin embargo, mi visión no es apocalíptica. Está bueno en el sentido de que ya no hay un comunismo, un peronismo, un feminismo: el feminismo es los feminismos. La fragmentación es también una operación, un modo de construir sentido que hemos adquirido e hilvanado, en lo bueno y lo malo, con la postmodernidad.

¿Cómo se filian los fragmentos?

Justamente, el tema es que los espacios entre esos fragmentos no se llenan, los fragmentos no se unen y estamos como súper departamentalizados. Esto tiene que ver con la lógica del capitalismo: territorializar nuestro deseo desde ahí, sin que podamos asociar. En la muestra, el tema de los fragmentos se relaciona con la imposibilidad que todavía tenemos de reconstruir historias. Piensen cuánto luchamos para encontrar nietos y nietas, para reconstruir qué nos pasó. Ahora, junto a un grupo de gente, pensamos en por qué no podemos construir la historia de las lesbianas de Montoneros. Todos sabemos que hay un montón, pero esto no forma parte de la historia. No existen tortas peronistas, mientras sí, putos peronistas.

¿Pensás que el atravesamiento católico puede tener que ver con esto?

Sí, porque las tortas somos mucho más revulsivas al sistema, seguimos siendo un tabú.

Entre las actividades de la muestra del Conti, Silvia Di Segni habló de la invisibilización de la homosexualidad de mujeres respecto a la de varones.

Lo mostró con mucha claridad cuando se refirió a Stonewall, la revuelta que se produjo en Nueva York en 1969, donde la comunidad gay se rebeló contra el hostigamiento policial. En la foto que trascendió como representativa de la lucha, se ve una línea de varones homosexuales manifestar y tirar piedras. Sin embargo, parece ser que la cosa la empezó una negra lesbiana, quien, por supuesto, no está en esa foto.

Le faltó ser judía.

Claro, carga una interseccionalidad. Entonces, me gusta lo del fragmento porque habla de nuestra propia imposibilidad, desde el cuerpo, de reconstruir la historia. Memoria y géneros están super ligados. Ahora, al menos, comenzamos a hablar. Yo tengo treinta años de peronista y antes no lo podía expresar, no imaginan cuánto me costaba decir: “Soy torta y soy peronista y para mí hay una fuerte ligazón entre la represión y todos ustedes, cabezas de termo”.

 

CON PECADO DEVENIDA

“Volver a hacer cuerpo con nosotras mismas es un feminismo cotidiano en el que se puede trabajar, a escala de nuestra carne, esta rabia que nos defiende. Restaurar la violencia del sexismo en toda su crudeza es la condición para transformar la rabia en política; pero, puesto que lo individual es político, sólo la rabia convertida en ética de sí, consciencia muscular, podrá liberarnos de una vida a la defensiva”
Manifiesto de Autodefensa femenina, Elsa Dorlin

Hablaste de la memoria y pensé en que alguna vez dijiste: “A mí me interesa esa demora del recuerdo en el cuerpo”.

Creo que es algo bien propio de la modernidad. Yo soy de una floración moderna, no posmo. Esto viene ya de la literatura, de Proust, qué sé yo. Y ese es también otro tema: “¿Cómo podés ser peronista y leer y citar a Proust?” Pero vuelvo a tu pregunta: el recuerdo se demora en el cuerpo. Yo lo siento, es una sensación táctil recordar, se dispara a partir de una correspondencia de algo que me entra por los sentidos y yo lo siento en el cuerpo, allí es donde el recuerdo se demora y está como latente. Haber recuperado el cuerpo es el gran logro de estas décadas.

¿Recuerdo y deseo se ubican de diferente manera en el cuerpo?

cris evaEstán en tensión permanente. Quizás, en el deseo, el goce se estanca, se atrapa en esa demora del recordar. Nos frena una nostalgia muy fuerte -que ya estamos superando- de la década pasada, la ganada. Y creo que por eso perdemos, porque esa demora nos sensibiliza a tal punto que nos hace perder el efecto de realidad o la capacidad de escuchar lo que está pasando. A mí me encanta, soy súper nostálgica y me junto con amigas a acordarnos de las doce leyes de género de Cristina. Incluso, con las chicas, pensamos en hacer remeras con la ley de Asignación Universal o, la de la jubilación del ama de casa. Y hay como un goce en eso. Yo, a veces, digo “che, basta de masturbarnos con nuestro símbolo sexual, Cristina. Basta de pensar en todas las cosas que nos dio”. Porque, al mismo tiempo, está todo lo otro que explota, aprovecha y territorializa esa memoria.

Aparte, si la memoria va solo para atrás, deja el presente al enemigo. ¿Hay algún modo de que la memoria propenda al futuro?

Sí, sucede cuando nosotros reescribimos la historia, la actualizamos y la leemos en lo que pasa ahora. Esto es lo más difícil. Les cuento un trascendido: al planificar la nueva campaña de Cambiemos, dicen, Durán Barba mandó a todo el equipo a leer “Teoría King Kong”. Y yo recuerdo cuánto tiempo estuve diciéndoles a los cabezas de termo “Che, ¿por qué no leen ‘Teoría King Kong’, por qué no leen un poco algo de género?” Y: “No, porque el feminismo yanqui, porque el feminismo europeo…”. Y resulta que este tipo, para quien todos somos King Kong, la tiene tan clara que los manda a leer para entendernos.

Ellos tienen muy claro cómo mentir, tiene un discurso. Y nosotros, ¿tenemos estrategias discursivas que oponer?

Nosotros no tenemos claro cómo mentir.

Entonces…

Hablar de la política del deseo es pararnos en un terreno que ellos también exploran, pero lo hacen desde la satisfacción como concepto: “En todo estás vos”, “Esto es para vos”, “Ahora estamos todos juntos, se terminó el conflicto”. Que te digan, “Vos estás en todo lo que hago”, justo cuando algo me falta, genera la ilusión de una reparación. Pero es mentira. Nosotros necesitamos afirmar la política del deseo y ser oponentes desde un lugar colectivo. Y, sobre todo, desde el lenguaje; debemos sostener el todes, el decir las cosas como son, el “No nos calmamos nada, yo no me calmo nada y te lo digo antes que me lo pidas, porque estoy podrida que me digas que me calme.” Se trata de tener una cosa mucho más beligerante desde el discurso.

 

CREA Y SONARÁ

“El feminismo es una aventura colectiva, para las mujeres pero también para los hombres y para todos los demás. Una revolución que ya ha comenzado. Una visión del mundo, una opción. No se trata de oponer las pequeñas ventajas de las mujeres a los pequeños derechos adquiridos de los hombres, sino de dinamitarlo todo”
Teoría King Kong”, Virginie Despentes

¿Cómo ves lo que sucede hoy con el feminismo, el lenguaje y las nuevas generaciones? Dentro de eso, me interesaba enfocar en el “significante granada”.

Golondrinas-RAE-luchando-lenguaje-Academia_EDIIMA20171031_0805_5El término “todes” no es en verdad una palabra, dado que carece de un contenido, de una definición. Sin embargo, funciona más como significante. Pienso en el efecto de la explosión y lo que allí detona es la “e”. Conceptualmente, cuando la gente lo escucha, lo reconstruye en un segundo momento. Pero, al hablarle con la “e”, salta. Eso es un significante granada, hace estallar montones de cosas asociadas con ese sonido.

¿Por qué no es una palabra? Tiene su sentido poético.

Y tiene sentido comunicacional, lo que le falta es un sentido gramatical. No está en el léxico del español.

¿Y no vale igual como palabra, desde esos otros niveles no gramaticales?

Sí, pero, ¿por qué digo significante y no digo palabra? Porque no es un vocablo aceptado, es un vocablo disruptivo. Todo esto lo dije antes de que la RAE declarara que estaba repensando el “todes” y antes que Página/12 sacara una nota sobre el lenguaje inclusivo. Yo soy licenciada en Letras y tengo este debate con colegas que me han dicho: “Che, ¿hacía falta que pusieras una cosa tan fea como todes?” Me lo cuestionaban desde lo estético, pero es una cuestión ideológica. Tienen una represión con que yo diga todes. ¡Funcionaba como una granada! Donde yo la ponía, explotaba y algo producía. Y también actuaba como granada, porque atomizaba: ¿vieron cómo se forma la granada, tanto la fruta como la bomba? Además, en la iconografía, sobre todo en la renacentista, la granada es el símbolo de la pasión. Hay muchas imágenes de Cristo con una granada porque el tipo se la va a jugar: está la virgen de la granada, con el niño y una granada, porque sabe que el pibe la va a pasar re-mal y ella lo va a tener que entregar y sacrificar por todos. Por otra parte, lo del todes funcionaba muy bien entre las pendejas. Eso fue lo que me mató, porque yo me sentía muy sola para llevar adelante cuestiones legales, estaba re-bajoneada porque me podía comer un juicio. Pero luego salía a la calle, me paraba alguna piba y me decía: “Che, ¿vos sos Kekena? ¿me puedo sacar una foto con vos?”. Era una cosa muy fuerte: había calado por el “todes” en las pendejas, quienes más lo usan. Yo nunca lo había usado, como Cristina, siempre dije “todas y todos”. Hasta que un día sucedió este diálogo:

– ¡Pero estás dejando a les no binaries afuera!

– ¿Y quiénes son les no binaries?

– Yo, que soy tu alumna.

-Tenés razón. Vamos a decir todes.

Y ese todes es un símbolo de rebeldía de las pibas que condensa muchas cosas, más allá de su posibilidad de sentirse lo que quieran a nivel género. Condensa un rechazo hacia nuestra cultura, nuestros estigmas, nuestra mierda, nuestra política y nuestros políticos. Entonces, es un significante granada.

 

CAMINANTE, SÍ HAY CAMINO

“Quien porta negritud, quien porta mapuchidad, quien porta judaísmo vuelve a su casa y ahí tiene un abrazo. Nosotras estamos conscientes que el territorio de guerra es la heterosexualidad, porque volvemos a una familia heterosexual que te va a castigar por oponerte a lo que la heterosexualidad quiere. El patriarcado es el capitalismo y sólo en la medida que no lo ataques podés ser funcional y trabajar.”
Travesti / Una teoría lo suficientemente buena”, Marlene Wayar

¿Por qué te sentías tan sola?

Al principio, cuando inauguré la muestra, fue como complicado. Recibí muchísimas amenazas por Facebook, insultos, algunos muy divertidos, del tipo de “Yo no te deseo el mal, yo te perdono lo que hiciste porque soy cristiana, pero vas a arder en el infierno vos y tus hijos si los tenés. Aunque dudo mucho que los tengas, porque una persona como vos es estéril”.

¿Qué es lo poético para vos?

Un estado de opacidad de lo claro, de lo luminoso, de lo que trata de echar luz y se hace opaco. Yo puedo decir que veo algo, pero no el todo. Lo poético es lo que se percibe por la piel. Eso es lo que tiene de potente, de inexplicable y de intraducible.

¿Dónde ves eso hoy, fuera de la literatura?

Es muy difícil. Personalmente, en las marchas y en la lucha, lo veo cada vez más. Camino por la calle un 24 de marzo, se me cruza alguien, me mira a los ojos con amor y ese amor no es el de la mirada en un boliche, cuando quiero ver si paso un rato lindo, es mirarse a los ojos y decir: “No sé quién sos, pero qué bueno que estás acá”.

¿Cómo es esa experiencia física de las manifestaciones?

Es absolutamente placentera, emocionante, poética. Yo me salvé de morir de una enfermedad terminal porque salí a marchar todas las semanas en estos últimos tres años. El macrismo me pegaba la patada en el estómago y yo decía: “¿Quién marcha hoy?, ¿los judiciales? Ahí voy”, “¡Pero son judiciales!”, me respondían. “No importa ¿dónde me sumo?”.

¿Es por eso lo de curadora y curandera, con que te nombran?

Franca Ramos
Franca Ramos

Claro. Curandera me pone la artista de la virgen, que se llama Coolpa. Y curandera de fachos me lo ponen Juli Zárate y Loreley Unamuno, quien tiene un apellido muy caro a la militancia montonera. Lo llaman la contraofensiva del deseo. Loreley es una directora de cine feminista; Coolpa, una artista visual feminista. Juli, una militante del Movimiento de Mujeres Audiovisuales. Que estas tres pendejas de treinta años digan esto, es la política. Hace pocos días conocí personalmente a Loreley y nos dimos un abrazo del que no nos podían despegar. Entonces, ahí está la cosa, yo me tranquilizo y siento que estoy en buen camino solamente cuando estas pendejas, cuando estas mujeres, me quieren, me adoptan.

 

AMOROSÍSIMA IMPUREZA

“Era un lugar de encuentro entre viajeros perdidos en la historia, un salto de ascensión igual que una vorágine de luz hacia las nubes, la exacta coincidencia de dos vuelos en una sola sombra sobre el agua. Era como mirar el mismo panorama que miraría Dios”.
Amor, Ch’anullo amato amar perdona”, Olga Orozco

¿Con ellas formás el ejército de amantes?

Ahí tenés una consigna que yo saqué de algo que vi en internet: un ejército de amantes no puede perder. Hay un ejército de odiantes, que todo el tiempo dice las pelotudeces que tenemos que escuchar en estos últimos tres años. Y, frente a eso, está este ejército de amantes que no va a perder. Ahí está lo poético y la manera de contestar desde la palabra. Quizás el ejército académico quede afuera del ejército de amantes, si adscribe a las fuerzas de control y no a las de la orgía. Quizás la academia lleva la teoría queer y la fosiliza, la maneja, la disecciona, la pone al servicio de Durán Barba -sin quererlo-.

Puede pasarle eso al feminismo, ¿cómo nos preparamos para contrarrestarlo?

Sí. Y nos preparamos para eso al ser cada vez más amorosas, cuidándonos, deconstruyéndonos. Acá hay algo clave, un gran ejercicio, que es sacar los privilegios. Yo tengo que perder los privilegios de académica y de blanca y de mina de clase media, de padres que pudieron mandarme a estudiar. Soy lesbiana, está bien, pero soy una lesbiana blanca, tengo privilegios. Y no soy una lesbiana masculina, no soy la Higui, a la que quisieron violar para corregirla, aunque también tengo mi historia de intentos de “corrección” por la fuerza. Ninguna de nosotras está exenta de la violencia sexual en este sistema. Hay entonces un laburo de abandonar los privilegios reales. Hay conferencias en las que tenés tres varones bilógicos que abren el evento, pero no tenés una negra, una villera, una riojana, una trans o una travesti. Esa mezcla de académicas llenas de privilegios, que viajan y hacen papers con nosotras, con nuestra miseria y nuestra discriminación como objeto de sus sueldos. 

Pensaba si esta no es la batalla posible hoy contra el capitalismo.

Sin duda.

Cómo feminista, ¿sos anticapitalista?

Soy antipaquitalista.

¿Qué vendría a ser?

Argument, Sally Smart
Argument, Sally Smart

Una paqui es una heterosexual que cree que todos sus problemas son porque existimos las lesbianas. En un punto, es una heterosexual que no quiere perder sus privilegios. Y ya tenemos que decir, también: una feminista que no quiere perder sus privilegios.

Un compañero peronista nos decía que el peronismo es capitalismo con distribución social.

Yo creo que eso ya no existe. Quizás en la época de Perón, pero ya no existe.

¿Se puede pensar que esto es lo posible, pero no el horizonte?

Ni el horizonte ni lo compatible con lo que yo deseo. Una no va por la moneda o para sobrevivir. Una va por todo para todos, para todes, tode, una va y sabe que habrá fracasos y que no me la van a entregar, porque nadie quiere perder sus privilegios, especialmente, los peronistas varones. Igual, a mi entender, de todos los sectores, el peronismo fue el único movimiento que se cargó la historia de este país, y que se apoya en la contradicción, no en la utopía. Yo me apoyo en mis propias contradicciones hasta que las pueda resolver. Bueno, el peronismo me da acogida. Yo estoy cercana al Movimiento Evita y la mitad son pañuelos celestes. Estoy todo el tiempo lidiando con esa contradicción. Lo debato, lo discuto.

¿Sentís que hay desprecios?

No, no. De hecho, en los barrios de los pañuelos celestes, está la rescatista del Evita, la del pañuelo verde que ayuda a abortar. Pero también hay un doble juego vinculado a esa atomización, a esa alienación. El lado negativo de la atomización es que, en términos marxistas, nos alienamos: yo pierdo de vista qué estoy fabricando cuando fabrico este pedacito de cucharita, cuánto sale esta cucharita. En ese sentido, hay una producción, alienada. Ese es el lado complicado de la atomización.

 

SIN PENAS NO HAY PARAÍSO

 “Nuestras manos que son groseras y están llenas de palabras. – Resiste que te diga que Dios no es bello. Y eso porque Él no es un resultado ni una conclusión, y todo lo que encontramos bello lo es, muchas veces, sólo porque ya estaba terminado. Pero lo que hoy es feo será, en algunos siglos, visto como bello, porque habrá completado sus movimientos. No quiero más el movimiento completo que en verdad nunca se completa, somos nosotros los que por deseo, lo completamos”.
La pasión según GH”, Clarice Lispector

¿Cuál es la silueta de los fragmentos? Si pensás en una constelación, son fragmentos separados por vacíos, pero alrededor va el contorno de la constelación. ¿Nos estamos ocupando de esa silueta?

Me parece que no. Por el momento y muy a pesar de lo que creemos, tenemos todavía que atomizarnos más. Cada vez es más difícil salir de este atolladero político, es muy difícil poder reunirnos, no hay un liderazgo.

¿Lo necesitamos?

Podríamos pensar que es lo único que sabemos hacer. Quizás haya que aprender cómo salir de esto desde otra matriz. Pero, en este momento, pensamos que la única que nos saca de esto es Cristina. Y Cristina está muy complicada para presentarse. Quizás estamos discutiendo en los términos que nos enchufan, no sé. Hay mucha gente que piensa que Cristina tiene que descansar y disfrutar la vida, yo misma lo pienso.

¿Y no deberíamos tener un plan B?

Bueno, la atomización es justamente esa imposibilidad de pensar un plan B, porque no hay una persona. Yo votaría pibas, llenaría el Congreso de pibas que se equivoquen, que hagan.

Antes hablabas de la calle y de la lucha y ahora de esta tensión en el peronismo. El tema de este número es los rituales, ¿cuáles son los rituales de los que participás?

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Franca Ramos

Una cosa nos enseñaron las pibas de la marea: llevar el debate a todos lados. Si hay un ritual que llevar, es no rehuir la discusión por el miedo de que la discusión sea sinónimo de grieta y de terminar a las trompadas. Hay que insertar la discusión en todos lados. Se llevó al Congreso, a las iglesias, a las aulas, a la calle. A lugares impensados antes. Yo entraba a la iglesia y pensaba que no se podía hablar allí de aborto y lesbianismo. Ahora entro y hablo en todos lados.

 

¿A quién considerás un enemigo?

Hay enemigos. Y, como diría Perón, “al enemigo ni justicia”. Están los milicos genocidas, los fachismos discriminadores… Fuera de esas cuestiones, yo me siento a hablar con todo el mundo.

¿Y un militante convencido del PRO?

No conozco a ninguno. Tengo amigos del Pro, pero no conozco ningún militante convencido. Y con todos trato de entrar en la lógica del amor. Yo voy por el convencimiento epidérmico: tocar, agarrar al otro y terminar por decir “Bueno, no estamos de acuerdo, pero coincidimos en algún punto”.

Hay un 30% de la población que está de acuerdo con los privilegios, ¿ese no es un enemigo?

Sí, lo es. Es el privilegiado que no puede deconstruir ese lugar, aunque se lo hagas notar. Los que te dicen “esto es así y está bien que sea así, porque alguien tiene que laburar y alguien tiene que disfrutar”.

Y, desde el lugar de la política del deseo, de lo amoroso, ¿cuál es tu posición respecto del punitivismo?

Pienso que la cárcel no sirve para nada. En todo caso, es un elemento más de reproducción y disciplinamiento del patriarcado y del delito también. Se podría pensar en otro régimen, algo que considere la problemática y en una formación que empiece a deconstruir a la propia fuerza. Creo que, a partir de cierta edad, es muy difícil modificar la cabeza de un tipo que está tan metido en esa matriz. Un tipo que viola, por ejemplo, es muy difícil que salga y no vuelva a pensar que tiene derecho a violar. Hay como una microfísica muy metida.

En Salta vi un grafitti que decía “Educación laica, gratuita y feminista”.

Creo que, si vamos sembrando por ahí, a la larga es posible que nuestros hijos o nuestros nietos empiecen a aflojar en sostener privilegios y en repensar estos micromachismos.

¿El violador es sostenedor de privilegios?

Sí. Y eso se puede deconstruir, porque no creo que sea una compulsión biológica. En todo caso, creo que el violador es irrecuperable porque lo tiene muy metido. El tipo es controlable, pero hay que mirarlo todo el tiempo. Claramente, no es una adicción, aunque hay cosas parecidas a un adicto. Hay que laburar ese lado. El día que socialmente esté mal visto para un tipo ser menos macho por violar, se va a dejar de violar. Pero, mientras al hombre se le diga, “Si sos macho, te tenés que imponer porque a la mina le gusta eso”, bueno…

El no violador lo reproduce de algún modo.

No lo cuestiona, por lo menos.

Una pregunta posible es por qué un violador no sería recuperable y un ladrón o un adicto sí.

Sí, es una buena pregunta. Creo que hay que armar un programa de acompañamiento con esa persona, como el de cualquier adicto o de cualquier persona que pasa una situación de mierda y no la puede resolver sola.

¿Habrá gente preparada para esto?

No la hay, ni hay una estructura amorosa que pueda sanar a ese tipo. Yo no tengo una actitud mata-hombre, al revés. Creo que, sin el tipo, esto no se soluciona. Nos empecinamos en dejarlos afuera, y se trata de que empiecen a renunciar a sus privilegios.

 

SANGRE NUESTRA QUE ESTÁS EN LAS CUERPAS

“Como esas cicatrices pálidas que un esfuerzo vuelve de pronto rojas, la cara de su abuela se iluminaba en su sangre. Apenas la conocía y sin embargo estaba viva en ella. Su abuela oscura y sin canas, muerta a los cien años, sabia en terribles palabras”.
“Enero”, Sara Gallardo

En tu libro, es interesante la estructura de mamushkas que usás entre tus personajes, la madre dentro de la hija, dentro de la vieja, ¿qué es lo ancestral para vos?

Es una memoria colectiva,artfeminism casi atávica. Creo que hay una memoria colectiva y ancestral que viene en nuestra cultura desde la panza de mamá. Lo ancestral es sentir que pertenezco a algo más fuerte de lo que me parió.

¿Esa es la presencia de nuestros muertos?

Es la presencia de nuestros muertos, la presencia que hace que sigan vivos acá con nosotros, que nos acompañen.

Un escritor africano nos decía que todos tenemos huellas en nuestra sangre, ya no de nuestros abuelos, sino de todos los que existieron antes que nosotros en este universo.

Qué bueno eso.

 

SÍ, TE CREO

“Un algo de lo que se expone vive en la intimidad de talleres, centros culturales, rutas, calles y patios de escuela… Un gesto amoroso, y, por tanto, potente y político, colecta y reúne, resitúa e interpela. Estaremos aquí para contarnos, para tenernos en cuenta, en la doble escala a la vez: asamblea y mesa de cocina, gestionándonos y encontrándonos desde las historias que ya estamos haciendo y que son nuestras”.
Fragmento del texto curatorial de la muestra Para todes, tode, Kekena Corvalán

¿Cuáles de las obras de esta muestra quisieras comentar?

Santuario de Tortas, Maricas y Travas, de Lucy Bruniard
Santuario de Tortas, Maricas y Travas, de Lucy Bruniard

Las más polémicas, las que más molestan. Hay una que es una santificación de elementos paganos y que molesta también dentro de lo pagano. Gente de la academia me dijo “Pero ¿hace falta que pongan un académico como un santo y acudan al simbolismo religioso?”. Esos lugares de hibridez que son los que más molestan a la academia, donde no puede insertarse.

¿No te da un poquito de goce esto último?

¡Sí! Muchísimo, porque la academia es la cosa más reaccionaria que hay.

¿Y esta obra?

Arde Mami, de Jessica Beard
Arde Mami, de Jessica Beard

Esta me gusta mucho porque está hecha con cestería. Hablando de lo ancestral, la cestería es una práctica que se transmite desde los primeros días. Estas pibas ven la cestería hecha en la calle, en el mismo lugar donde las mujeres tejen. Y es como un aborto la cestería, ¿no? Hay una idealización de la artesanía y, en muchos lugares, el aborto es una artesanía. Hay como un mix en esa obra entre los abortos domésticos, la cestería como un elemento doméstico de dominación, porque es considerada una artesanía menor -como el aborto clandestino-, y esta cosa del cuerpo mutilado, del bebé roto. Es como mostrar el resultado de un aborto.

 

Confesionario Masturbatorio, de Mara Verena
Confesionario Masturbatorio, de Mara Verena

Esta otra es muy literal.

Sí. Esta chica es una escultora hermosa. Ella dijo “Acá tienen una escultura, yo hago estas cosas”.

Un Duchamp.

 

Pañuelo Celeste, De María Pichot
Pañuelo Celeste, De María Pichot

 

 

 

Totalmente. Y esta otra es de María Pichot, una luchadora contra la violencia obstétrica, que es la referencia celeste, el pañuelo celeste. Es como muy revulsivo, la gente no se lo banca.

 

¿Fue gente de pañuelo celeste a ver la muestra en la ex Esma?

Sí. Delante de la virgen se juntaban a rezar el rosario. Era muy divertido. Yo escribía a la gente del lugar y preguntaba, -“¿Cómo está todo?” -“Y, hoy no vino nadie a rezar”. Un tipo fue y estuvo como dos horas tirando agua bendita, mientras hacía como unas fórmulas satánicas. Fue genial. Alguien le pegó a la virgen un cartelito que dice “María, tu madre siempre te protege”. Ese lugar de cuestionamiento, ese símbolo, es algo súper molesto. Que yo dijera que no lo pienso mover, que hay libertad de expresión y, en una entrevista, que tengo formación católica y que la virgen María es un personaje muy querido para mí, ¡eso armó un quilombo…! Pero, ¿por qué no puedo querer a una virgen abortera? Y me empezaron a decir “¿Pero vos sos mariana?” Pero claro que soy mariana, ¿cuál es el problema de ser mariana? ¡Si la virgen fue una pobre víctima en la historia! Era niña, fue violada por un rayo, ni se enteró, se tuvo que bancar ese pibe, vivir con un viejo que no quería, que le mataran al hijo. Déjense de joder, no la pasó bien. ¿Qué madre del amor? ¿Por qué no la reivindicamos? Y ahí se armó otro quilombo.

¿Por qué te llaman Kekena?

Es un apodo. Me llamo María Eugenia.

¡Sos María! (Risas)

Claro. Soy de una familia católica. Tengo un primito al que no le salía decir Eugenia y, bueno, desde mis tres años, soy Kekena en todas partes.

¿Querés contar algo de la situación del Conti?

Como ustedes saben, el Conti está desfinanciado. En este momento, además, hay un tema muy fuerte de censura, se pidió que se sacaran mi nombre y mi imagen de las cosas educativas del Conti. La iglesia, que se arroga el lugar de la educación y el adoctrinamiento, no soporta que yo pueda estar haciendo algo educativo. La situación en el Conti es de muchísima presión hacia los trabajadores y de muchísima amenaza de inestabilidad, de cierre… Hay proyectos para hacer un shopping y dejar unos pocos espacios de memoria al estilo del Buen Pastor, en Córdoba. Esos proyectos cada tanto se reflotan. Y ahí están los pibes aguantándola. Hay gente muy hermosa, muy fuerte y muy poderosa que banca la parada para que esto no pase. Como ellos mismos dicen, esta gente se va a ir y nosotros vamos a seguir acá y vamos a reconstruir esto otra vez, porque siempre estuvimos. El Conti se convirtió en un lugar de resistencia.

La virgen abortera, de Coolpa
La virgen abortera, de Coolpa

La muestra “Para todes, tode” se lleva a cabo en un espacio de memoria, en la Ex Esma, donde todavía resuenan los ecos y vibraciones de los y las torturadas y desaparecidas por la última dictadura militar. En plena capital del país, a la luz de una transitada avenida. La muestra es federal, se exponen obras de más de cien artistas mujeres, lesbianas, trans, travestis y no binaries. La e es la letra que explota, dice la curadora. Y sobreviene la reacción, en pleno auge de la marea feminista, los grupos conservadores quieren prohibir la exhibición de la obra. No lo logran en el primer intento. Pero, finalmente, un juez dispone que la virgen sea encerrada en un cuarto, donde no se permita el acceso a menores de 18 años. El secretario de Derechos Humanos de la Nación decidió no apelar y que la medida sea. Ahora la virgen abortera sale en la pantalla de la televisión para todo público y el próximo 28 de mayo peregrinará por las calles porteñas, cuando el proyecto de legalizar la interrupción voluntaria del embarazo vuelva a irrumpir en el Congreso, de la mano de décadas de lucha y movilización popular. Ese día, las paquitas, lo mirarán por TV. En el Conti, mientras tanto, la virgen viste, tras los muros, el color de la esperanza, custodiada desde afuera por otras identidades paganas santificadas por su rebeldía ante cualquier totalitarismo. ¿No sabías quiénes eran las paquitas? En esta conversación con Kekena Corvalán, te enteraste de eso y mucho más. La curadora curandera, con el revoloteo circundante de ángelas creadoras, se pronuncia en nombre propio –también se llama María– y colectivo.

Kekema Corvalan con el Anartista.
Kekema Corvalan con el Anartista.
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