Horacio Obaya

La intensidad: sobre rituales de inicio y del final de la vida humana.
Por Estela Colángelo

 

FUEGUITOS CIRCULARES

La palabra intensidad se desgaja en sonido, fuerza, luz, energía, potencia, va hacia “un mar de fueguitos”, de Galeano, surca sentimientos y pasiones fuertes. De golpe, esa misma palabra hoy se detiene en reflexionar sobre dos momentos decisivos para los seres de carne y hueso: el nacimiento y la muerte. El velo del misterio envuelve al comienzo y al fin, ¿son significativos para cada uno de nosotros como protagonistas? Sí lo son, para quienes esperamos con ansias las nuevas vidas. Sí lo son, para los que deseamos que nuestros seres queridos no sean alcanzados jamás por la arrebatadora parca.

La Catrina, Diego Rivera

 

CABEZAS DESNUDAS

La cabeza afeitada de los bebés tiene diferentes significaciones. Los hindúes creen que, al rapar a los recién nacidos, se elimina la mala suerte acumulada en una vida previa. Los monjes budistas preparan una ceremonia de purificación con “afeitada de fuego” a los que cumplen un mes y medio. Por su parte, los musulmanes tienen “el aqiqah”, un período de siete días después del alumbramiento para mostrar que el niño es un siervo de Alá: el pelo cortado se pesa y se dona a caridad en su equivalente en oro y plata.

 

FUEGO Y HUMO

La esperanza, Gustav Kilmt

Post parto, las tailandesas se tumban junto al fuego para cicatrizar el útero y espantar espíritus demoníacos. En su estilo propio, las camboyanas encienden fuego junto a la cama de la parturienta durante tres días porque creen en los beneficios del calor. El humo, en diferentes culturas, se usa para hacer más saludable y más fuerte al bebé. En Yemen se bendice así a los recién nacidos.

 

SALTO Y LLANTO

En Castrillo -Burgos, España- durante Corpus Christi, hay un festival anual llamado “El Colacho”. Los nacidos en los últimos doce meses son colocados en colchones y en la calle, mientras hombres vestidos como diablos saltan sobre ellos para liberarlos del pecado original y augurarles buena vida. Por su parte, en India, los neonatos son lanzados en el templo de Sir Santeswar desde quince metros. Caen en mullidas sábanas, mientras la multitud canta y baila. Así los bebés tendrán salud, prosperidad y buena suerte. Y, por si fuera poco, en Nakizumo, Japón, ponen a los bebés uno frente al otro. El que llora primero crecerá más y más saludable. Los japoneses creen que el llanto tiene cualidades adivinatorias.

 

EL CORDÓN UMBILICAL ATADO AL NOMBRE

En ciertas tribus africanas, después de escuchar al bebé recién nacido, se le otorga un nombre. Los nombres son energía, fuerza de vida que les sirve como guía.

Moisés, Frida Kalho, 1945

A su vez, el cordón umbilical es objeto de numerosos rituales y tradiciones. Un caso particular se da en Brunel, donde el cordón umbilical es envuelto en una sábana blanca y los familiares masculinos lo entierran en un árbol o planta. Cada paisito con su librito: en Turquía el niño será un buen musulmán o un religioso si al cordón umbilical se lo entierra cerca de una mezquita. Será un amante de los animales, si se lo hace en un establo; un académico, si se entierra en el jardín de una escuela. Y el niño devendrá un ser completamente imprescindible, si su cordón se lanza al agua.

 

UN CRÁNEO QUE SUEÑA

Las ñatitas, culto al cráneo humano, Bolivia

En Bolivia, la tradición andina cree que las personas tienen siete almas. Una de ellas se queda en el cráneo y tiene que visitar a los vivos a través de sus sueños, con el fin de curarlos y protegerlos. Por ello, muchos bolivianos guardan cráneos de sus muertitos en sus hogares. Durante la festividad de las Ñatitas o del Día de los Cráneos, el 9 de noviembre, los cráneos se visten con gorros coronados con flores, y se llevan a una capilla donde se les agregan ofrendas como cigarrillos, hojas de coca o bebidas alcohólicas.

En algunos lugares de Tailandia y Vietnam, una banda musical de mujeres tocan trompetas, saxofones, trombones y cornetas. La ruta musical reproduce el trayecto normal que el difunto solía tomar en su vida.

Y no puedo dejar afuera los ritos de Madagascar, donde creen que la muerte no es para siempre. Por eso “La Famadihana” , la celebración en la que se abren las tumbas y los familiares les quitan a los muertos el aburrimiento. Envueltos en sudarios, festejan y bailan.

En Nueva Orleans, algunos cortejos fúnebres son un equilibrio único entre la alegría y el dolor al compás de una banda de músicos de jazz.

Jazz Funeral, Nueva Orleans

Ghana no pierde y no se queda atrás. Allí, la gente aspira a ser enterrada en un ataúd que represente su trabajo, algún deseo o alguna pertenencia material apreciada. Hay ataúdes de todas las formas posibles: peces, autos o libros gigantes. Esta tradición la encontramos también en Italia, donde las empresas ofrecen ataúdes pintados con los colores del equipo de fútbol preferido del difunto o estampaciones de bellas mujeres. Así, para algunas culturas, el ataúd es el vehículo que lleva el cuerpo del difunto hacia los deseos más anhelados en su vida.

 

Entre algunos grupos aborígenes, por ejemplo, los cuerpos se colocan en una plataforma y se cubren con hojas y ramas o se entierra a los muertos en el tronco de un árbol ahuecado. Otros cuelgan ataúdes de los acantilados, lo más cerca posible del cielo.

Y, en general, los elementos tradicionales que no pueden faltar en una buena celebración de duelo son la comida, la bebida y el arte, sobre todo, la música como elemento catalizador de emociones y de transición.

 

NACIÓ LA MANO DE DIOS

La creación de Adán -recorte-, Miguel Ángel

El Hospital Evita de Lanús se inauguró en 1952. Formaba parte del plan sanitario ideado por el entonces Ministro de Salud del gobierno de Juan Domingo Perón, Dr. Ramón Carrillo, quien contó -como aliada fundamental para llevar adelante las obras hospitalarias- a Eva Duarte de Perón y a su Fundación. Este fue uno de los primeros hospitales del conurbano bonaerense que tuvo una sala de neonatología. Ese simbólico espacio vio nacer, en 1960, a nuestro Diego Armando Maradona.

No sabemos si te afeitaron la cabeza, ni qué fue de tu cordón umbilical. Sí sabemos que hubo humo de incienso y agua en el bautizo. Fuiste, así, bendecido en el humo del brasero, imprescindible en el esfuerzo de conseguir agua.

En el reino de Bután, los bebés reciben el nombre del lama o sacerdote del lugar. ¿Cuánto durará el reinado del lama local? Vos, durante cuarenta años, diste el nombre a tantísimos niños.

El peronismo, una marca indeleble.

 

DIOS SUCIO, SUCIO DE BARRO

Vida y muerte, Gustav Klimt (1915)

Como el tango, el fútbol creció desde los suburbios. El tuyo vino de Villa Fiorito, barrio pobre, si los hay. En Fiorito hay tierra, mucha tierra, que se moja con la lluvia, la mojan sus habitantes para sosegarla un poco.

Curiosamente, mi primera nota escrita para El Anartista, “Escuela presente, ahora y siempre”,  registra en un video, donde de niño jugabas al fútbol, en la canchita de tu barrio natal.

¿Serían iguales todas las villas en la década del 60?

Recuerdo ahora, mis días en la villa. La conocida de entonces se llamaba Cildañez: tenía cancha de fútbol y un lugar de encuentros sociales: “La tierrita”. Puedo asegurar que nuestros vecinos se parecían mucho, eran gente del interior, como tu familia. Seguro que para alegrarse un poco, escuchábamos la misma música: chamamés, zambas, chacareras, boleros. En “la tierrita” los veíamos bailar, aunque nadie lo hacía como vos.

¿Y los velorios? Ahí hay que hablar de la colecta, del vaciar la habitación para preparar la capilla ardiente, de la necesidad de pedir prestadas las sábanas blancas para tapar las imperfectas paredes de madera, comprar el licor, el café, juntar copitas para el convite. Después, toda la noche hablábamos del difunto. Nada que ver nuestros velatorios con los que van a la Recoleta, allí no hay tierra, solo hay monumentos. Las cocineras preparan rica comida y el protagonista no es el muerto, sino sus familiares. Esos muertos de alcurnia no necesitan una noche inmortal, exclusiva, porque se presupone que, de ellos, se hablará por siempre. Y hasta a veces tienen calles con sus apellidos y esas cosas.

 

BARRILETE CÓSMICO

Diego querido, es tiempo de dar la voz a otros.

Durante mi juventud y mi adolescencia, el fútbol se resumió en tí. Y aún eres uno contra todos.” Alireza Assar, cantante pop iraní

¿Sabes por qué te quiero? Porque hiciste todas las cosas que no debiste haber hecho.” Navid Mohammad Zadeh, actor

El Pelusa de Fiorito, Diario La Tribuna de Honduras

Ahora Eduardo Galeano, en “El futbol a sol y sombra”

Y un buen día la diosa del viento besa el pie del hombre, el maltratado, el despreciado pie, y de ese beso nace el ídolo del fútbol. Nace en cuna de paja y choza de lata y viene al mundo abrazado a una pelota. La pelota lo busca, lo reconoce, lo necesita. En el pecho de su pie, ella descansa y se hamaca. Él le saca lustre y la hace hablar, y en esa charla de dos conversan millones de mudos. Los nadies, los condenados a ser por siempre nadies, pueden sentirse álguienes por un rato, por obra y gracia de esos pases devueltos al toque, esas gambetas que dibujan zetas en el césped, esos golazos. La pelota ríe radiante en el aire. Él la baja, la duerme, la piropea, la baila

Terminamos con las tuyas, Diego de todos.

“Gracias a la pelota”
“Estoy con los jubilados, a muerte”
“Cada tanto muero y aquí estoy”

 

NADIE VENDRÁ A VENCERTE

Hoy, en la clase de filosofía, la profe dijo: para Spinoza, eternidad es existencia, existir es cuidar a los otros, hacerlos felices, libres, que ellos puedan ser potencia. Así, Diego no para de nacer. El santito popular está lleno de velas, de cartas, de ofrendas. Su cara y su nombre aparecen a los diez minutos de cada partido de la Liga de Ecuador, como fondo en las tribunas de la Premier League, en la remera de Neymar y del Paris Saint Germain, en un cuadro en la canchas de Ascenso y en la camiseta 10 que ofrendaron los All Blacks en la mitad de la cancha.

En una caótica marcha en París contra una reforma de seguridad, que apunta aún más contra la población migrante en Francia, la cara de Maradona asomaba entre los gases lacrimógenos, las vallas tiradas y los escudos policiales.

En Bangladesh, amado desde que humilló a Inglaterra, velas y camisetas argentinas se exhibían en su capital.

En Rumania “Fuerza, Argentina. La muerte no es el final. Diego vive, es inmortal”.

En Siria, una pintura de Diego le daba algo de color a las ruinas de la guerra.

Diego se multiplica.

Mural en ruinas de la guerra, Aziz Al Asamr, Siria

 

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1 Comentario

  1. Qué hermoso texto , Estela. Sintetizando a tantos pueblos , culturas , ceremonias que unen nacimientos y trascendencias . Unidos con el Diego y Evita , en ese permanente fluir de energia y amor . GRACIAS !

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