TIERRA ADENTRO

El miedo: sobre el Mercado de las Flores.

Por Estela Colángelo

 

“Tierra adentro” es una sección que le da voz a los anónimos, a los todos y los nadies. A deseantes de vida plena, de encuentros felices. Una sección abierta a oficios y personajes barriales, pueblerinos o campesinos que quieran conversar con nosotros.

 

Esta sección se inaugura con flores, aspiramos a disfrutar el momento de belleza efímera y ofrecerlo a quienes quieran ver. Oportuno nos parece dedicarles este primer reconocimiento a los trabajadores del presente fugaz, a los que cultivan y venden flores.

 

EL BAILE DE LOS AROMAS Y DE LOS COLORES

En el barrio de Retiro, Alem 1422, allá por el año 1940, treinta y tres floricultores japoneses fundaron el Mercado de las Flores. El edificio era de tres pisos y se conocía como “El Palacio de Las Flores”. Mercado desde la madrugada, durante las noches y hasta en que se convertía en tal, servía como bullente sitio de bailes populares. En cada uno de sus pisos reinaba un ritmo distinto: tango, folklore y el resto, con canciones de moda. En esta sede permaneció durante diez años, luego funcionó en la avenida Corrientes 4062. Allí lo visitamos innumerables veces. El ritual se repetía con cada novia ilusionada, nacimiento, cumpleaños, bodas de todos los metales, incesante el Día de la Madre, el de los Enamorados, el Día del Maestro, Navidad y antojo permanente de almas sensibles. También fue un paisaje obligado de turistas del interior y del exterior del país. Después de cincuenta años en el barrio de Almagro, el espacio físico hoy lo ocupa una iglesia evangélica. Desde el 2004, el mercado está en Barracas, frente a la Estación Buenos Aires del Belgrano Sur. Flor de galpón de 23.000 metros cuadrados que ofrece, además del ejemplar floral más sencillo y el más exótico, plantines, bulbos, macetas, viveros con suculentas, cactus, helechos, orquídeas, árboles, en fin, de todo en cuanto a vegetales de uso ornamental se trate.

 

HERENCIA DE MACHOS

Desde su fundación y hasta hoy es la Cooperativa Argentina de Floricultores Limitada. A los fundadores nipones, se sumaron inmigrantes españoles, italianos y portugueses.

En la actualidad, argentinos descendientes de los otrora inmigrantes, férreos y orgullosos herederos de los convencidos del valor de la palabra de un hombre. Así lo ratifica un cartel que dice:

Los deudores morosos tienen la entrada prohibida, ya que aquí todavía se fía, aunque no a cualquiera.”

 

También la integran productores paraguayos y bolivianos. Floristas, compradores, changarines y fleteros completan la troupe que se da cita en Olavarría 3240, los lunes, miércoles y viernes de 5 a 8 de la mañana. ¿Por qué no hay mujeres en esa cooperativa? Al preguntar, parecería que muchos consideran que ellas no podrían estar en el sacrificio de las noches y las madrugadas en vela. Podemos ver un puñadito, en algún puesto de ventas. Es común escuchar la expresión “¿Qué te vendo, mamita?”, “Si llevás dos, te hago precio”. Entre varones, el regateo es ley.

Las flores viajan desde La Plata, Berazategui, Escobar y Garín.

 

TESTIMONIOS TIERRA ADENTRO

Buscamos al más viejo del mercado.

El más antiguo falleció, está el hijo en el negocio de al lado. Primero se dedicó a las flores, luego a las plantas.”

“Vayan a los floristas, ahí están”, así nos derivaban unos a otros hasta llegar al presidente de la cooperativa, quien nunca supo que conocíamos su rol. Son poco dispuestos a contar el silencioso mundo de las flores. Algunos jóvenes, orgullosos, se animan.

 

Testimonio florista 1     
Testimonio florista 2     

 

También conocemos la historia de Yama, productor de orquídeas desde los primeros tiempos. “Me dedico a las plantas grandes”, supo decir. ¿Cómo se siente un vendedor de semejantes bellezas? “Triste. El único hijo que pudo continuar con esto, falleció”, contestó con una voz cansada. En otra ocasión se lo vio excesivamente alegre. Expresó que era por los logros del emperador de su tierra natal, Japón. En la época de cosecha de nueces de Pecan, las vendía a precios accesibles en bolsas de a kilo. Yama mantenía sus cultivos impecables. Prendía fuego a cuanta hoja o rama entorpeciera el paisaje. Así, las llamas se llevaron a Yama o, tal vez, el exceso de amor.

 

LAS NEREIDAS

Las Nereidas es un grupo de muralistas mujeres, nacido en el 2004, en las cercanías del monumento homónimo de Lola Mora, en la “Escuela Superior de Bellas Artes, Ernesto de la Cárcova”. Plasmaron su maravilloso arte en diversos espacios. En una entrevista publicada en “Página 12”, expresan que su desafío fue independizarse del maestro hombre, que reservaba para las discípulas el título de ayudantes. Este increíble colectivo homenajeó como nadie a los hombres, a los trabajadores del Mercado de las Flores, en el mural titulado “Pachamama”. Nos pareció curioso descubrir, una vez más, que la belleza reúne a las infinitas diferencias y es capaz de producir inusitada variedad de encuentros felices.

Mural de las nereidas

NO CULTIVARÁS EL MIEDO

La nuestra, El Anartista, es una revista de cultura con números temáticos. Cultura, etimológicamente viene de cultivo. En la edad media surge la idea de hombre cultivado. Con referencia al tema de este número nos preguntamos: ¿el miedo habrá sido el motor del cambio de paradigma “flores para los muertos” por “flores para los vivos”? ¿Serán idénticos los miedos de los cultivadores en todos los tiempos? ¿Cómo actúan los miedos ante las inclemencias climáticas? ¿Cómo amenazan las constantes crisis económicas al comercio de las flores? ¿Y con la pandemia?
El miedo al contagio nos cambió la vida. Un placer extra sentimos al contemplar los abigarrados ramos que nos preparan estos trabajadores de la floricultura.

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